HONOLULÚ. Lluvias torrenciales acompañadas de ráfagas de vientos se abatían el viernes sobre Hawái, donde el huracán Lane provocaba los primeros deslizamientos e inundaciones “catastróficas” y obligaba a miles a buscar refugio en albergues.
Las principales zonas habitadas del remoto estado insular, incluida la capital Honolulú, se mantenían en alerta este viernes por el paso de esta tormenta, que redujo su intensidad a categoría 2 en la escala Saffir-Simpson de 5 pero avanza a paso de peatón (3 km/h) pudiendo provocar igual grandes estragos.
“No será una carrera corta, será un maratón”, dijo Bill Roche, director regional adjunto de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA).
A las 18h00 GMT, Lane se ubicaba a 274 km de Honolulú, en donde se mantiene la “alerta de huracán”, con vientos de 170 km/h, según el último boletín del Centro Nacional de Huracanes del Pacífico (CPHC).
“Algún debilitamiento adicional se pronostica más tarde y esta noche [del viernes], pero se espera que Lane siga siendo un huracán peligroso a medida que se acerca a las islas”, añadió el reporte.
La velocidad es clave en el grado de destrucción que puede causar, explicó la científica atmosférica Rosimar Ríos-Berríos.
“Al moverse tan lento, los eventos de lluvia se prolongan por más tiempo”, causando más destrucción, explicó a la AFP la experta del Centro Nacional de Investigación Atmosférica (privado) en Colorado.
Los huracanes rara vez tocan tierra en Hawái, ubicado a 3.200 km de la costa estadounidense en el Pacífico. La última gran tormenta en azotarlo se registró hace casi tres décadas, cuando el huracán Iniki llegó a la isla de Kauai, dejando seis personas muertas y causando daños por miles de millones de dólares.
En algunas localidades de Isla Grande, la primera impactada y donde aún está en erupción el volcán Kilauea, cayeron 760 mm de lluvia.
El Servicio Geológico de Estados Unidos dijo que el huracán “no debe tener mayor impacto en la erupción”, pero advirtió de los gases tóxicos que pueden emanar por el contacto del agua fría en los ríos de lava hirviendo.
CPHC pronostica sobre todo el archipiélago acumulaciones de entre 250 y 500 mm de lluvia y de hasta 1.000 en algunas zonas, “lo que lleva a inundaciones y deslizamientos de tierra catastróficos y potencialmente mortales”.
El presidente Donald Trump, que decretó el jueves el estado de emergencia en Hawái, llamó al gobernador David Ige para ofrecer su apoyo y reiterar “que el gobierno federal está totalmente comprometido a ayudar al estado en los esfuerzos de respuesta y recuperación relacionados con el huracán Lane”, indicó un comunicado de la Casa Blanca.
Brock Long, jefe de FEMA, advirtió más temprano que era “peligroso permanecer al aire libre particularmente en las zonas de inundaciones”.
“Los ciudadanos deben saber que esperamos efectos mayores del huracán y que va ha haber destrozos”.
Las autoridades han prestado especial atención a la protección del sistema eléctrico, tras la experiencia en Puerto Rico en 2017 con el huracán María, que dejó 4.200 fallecidos, según un estudio independiente.
La falta de luz para atender a los heridos y el bloqueo de carreteras para recibir apoyo médico influyeron en el saldo trágico, que según el gobierno de Puerto Rico fue de unos 1.400.
Los efectos de Lane se dejaron sentir con fuertes vientos que golpearon a las islas Maui y Oahu (donde se encuentra Honolulú), que concentran la mayor población.
En varios videos recogidos el jueves por un medio local se observaban carreteras y terrenos inundados en el este de Hawái y los turistas sacaban desde un puente fotografías del agua que se precipitaba de un río a toda velocidad.
Se espera igualmente gran oleaje y un crecimiento en el nivel del mar.
Más de 2.000 personas acudieron ya a los 45 centros de evacuación, indicó Brad Kieserman, vicepresidente de Operación y Logística en Desastres de la Cruz Roja Americana.
“No me sorprendería despertar mañana y tener los centros de evacuación con entre 2.500 y 3.000 personas”, señaló, destacando que por la velocidad “la población de la isla está reaccionando acorde a la amenaza de la tormenta”.
Ríos-Berríos indicó que con el cambio climático se podría “ver un aumento en la fracción de huracanes que se fortalecen rápidamente y alcanzan intensidad de categoría 3 o más”.
“También es posible que veamos un aumento en las marejadas ciclónicas debido al aumento del nivel del mar y también aumento en lluvias torrenciales debido a la presencia de aguas más calientes”, añadió.