Ana Julia Quezada se convirtió en la principal sospechosa de la muerte del niño Gabriel, en Almería, España, tras supuestamente “hallar” una camiseta del menor y entregarla a las autoridades.
Las sospechas comenzaron porque en la zona en la que la señora reportó haberla encontrado no se había encontrado nada parecido en una requisa minuciosa llevada a cabo por las autoridades y por voluntarios de la investigación, informan medios españoles.
La detención de la mujer se postergó porque los agentes de la investigación creían que podían encontrar al niño con vida.
“Guardia Civil se la llevó a dependencias policiales para interrogarla. Esto ocurrió el viernes 9 de marzo. Los agentes le tendieron una trampa porque también sospechaban de ella por unas imágenes de una cámara de seguridad. El ‘cebo’ funcionó y la mujer cayó en contradicciones y reaccionó con nerviosismo, lo que hizo que finalmente fuera a por el cadáver de Gabriel, que habría arrojado a un pozo”, relata el diario El Faro de Vigo, que le ha dado cobertura al suceso.
La detención de la mujer, que era pareja del padre del niño Gabriel, se produce 12 días después de la desaparición del menor.
“Fuentes de la investigación han señalado que la arrestada, que había sido interrogada el viernes por las sospechas que despertaba, “se puso nerviosa” durante el interrogatorio y “fue a sacar al niño del pozo” en el que lo habría tirado presuntamente “después de secuestrarlo”. Aseguran que hay fotos en las que se le ve sacando el cadáver del pozo. Posteriormente la siguieron y la arrestaron en la localidad almeriense de La Puebla de Vícar, donde vivía”, indica el referido periódico.