Por: Ing. Ramón Ureña Torres, Director Cibao Central del Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), Ingeniero, empresario y experto en asuntos municipales y medio ambientales.
Dijo Bolívar que “el talento sin probidad es un azote”, resultado por esto, que pese a que nuestros Ayuntamientos están llenos de hombres talentosos y mujeres talentosas, sí se está notando el azote que se practica en muchos Ayuntamientos del país en el manejo de los recursos Municipales.
Dada la problemática señalada, en este trabajo y en otros que elaboraremos, nos proponemos desde la óptica del Consejo Regional de Desarrollo (CRD), analizar la situación de los Ayuntamientos del país, y los muy preocupantes altos niveles de debilidades administrativas, gerenciales y técnicas que se evidencia en los mismos.
Antes hagamos un breve resumen histórico:
La historia de la Municipalidad en la República Dominicana se remonta al origen mismo de nuestro descubrimiento, pues los españoles que ya tenían muy bien definido el concepto de los cabildos, trajeron consigo esa cultura organizativa para el nuevo mundo y dieron esta categoría a los nacientes asentamientos humanos en el nuevo mundo.
El cabildo toma absoluta autoridad sobre los ciudadanos de una determinada común o zona jurisdiccional en que se dividía el territorio.
El prestigio del cabildo era tal que ninguna Institución de las existentes (Iglesia, Gobernación militar, Justicia y la Tesorería) estaban fuera del mismo.
Los Hombres (en ese entonces solo hombres) más notables de la comunidad integraban los cabildos.
Así fue por siglos y así se fue organizando el país, aunque es justo reconocer que fruto del atraso social y económico de la Colonia de Santo Domingo, por el abandono de la Madre Patria, sumida en guerras y muy debilitada en Europa, nuestros Ayuntamientos o Cabildos surgieron como Instituciones débiles y mal organizadas, formados por hombres muchas veces analfabetos, carentes del menor criterio organizativo y visión de desarrollo.
Sin embargo, aun siendo Instituciones débiles organizativa e Institucionalmente hablando, los Ayuntamientos tenían asignadas funciones que hoy no tienen los Ayuntamientos modernos en la Republica Dominicana, esto luce paradójico pero era así.
Duarte, al fundar la Nación Dominicana, le dio categoría a los cabildos, definiendo el Poder Municipal y consignándolos como uno de los poderes del Estado en la primera constitución.
Así fue por muchos años, los Ayuntamientos eran Instituciones pobres y débiles, como era la nación y el Estado Dominicano, pero propietarios de la mayoría del principal activo que tiene un país: La tierra.
A partir de Buenaventura Báez y sobre todo Trujillo, esto comenzó a cambiar y estas riquezas comenzaron a mermar y a pasar a manos privadas, esto constituyó el inicio del deterioro Municipal que hemos arrastrado hasta nuestros días.
Ramón Ureña Torres
Director Cibao Central del Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), Ingeniero, empresario, y experto en asuntos municipales y medio ambientales. Tel. 809-244-5496. Correo: crdnordeste@yahoo.es