Cuba pretende poner en funcionamiento a finales de 2018 su primer gran complejo eólico, que se construye con tecnología china en el norte de Las Tunas. Según recogió el periódico oficial Granma, el objetivo es aportar 101 MegaWatt (MW) al sistema electroenergético nacional.
Las instalaciones se ubicarán en el municipio tunero de Jesús Menéndez. Contarán con dos parques que serán “los mayores de Cuba, pues los que existen hasta este momento son básicamente experimentales”, dijo la ingeniera Adela Álvarez, responsable de la Dirección Integrada de Proyectos Eólica.
El Gobierno cubano quiere cambiar su matriz energética de forma que para 2030 el 24% de la energía de la Isla (alrededor de 2.300 megavatios) provenga de fuentes renovables, fundamentalmente de centrales bioeléctricas y parques solares.
El primero de los parques, llamado La Herradura-1, contará con 34 aerogeneradores Goldwing de 1,5 MW cada uno y cinco circuitos, mientras La Herradura-2 dispondrá de 20 aerogeneradores Dong Fang de 2,5 MW y cinco circuitos.
“Aspiramos a tener para diciembre al menos un circuito en funcionamiento”, señaló Álvarez.
La funcionaria declaró que actualmente se trabaja en las obras del centro de apoyo logístico, la villa de los trabajadores y los viales de acceso al complejo. Aseguró que efectuaron estudios para determinar la mejor ubicación para los aerogeneradores.
En las áreas cercanas a la playa La Herradura donde se ubica el proyecto era posible alcanzar unos 50 MW.
La velocidad de los vientos medida allí está sobre los 6,8 metros por segundo (m/s), lo que se califica como una velocidad moderada baja, pero de óptimo rendimiento para la construcción de parques que utilicen esta fuente renovable.
Para Miguel Casí, especialista principal del grupo técnico del proyecto, el primer parque permitirá un ahorro anual de más de 39.700 toneladas de combustible, mientras que el segundo posibilitará ahorrar otras 39.000 toneladas.
El Gobierno busca reducir su dependencia energética del crudo subsidiado de Venezuela, un suministro que en los últimos dos años se ha debilitado considerablemente por la crisis económica en el país suramericano y la caída de los precios del petróleo.
Según estimaciones, la Isla recibe 55.000 barriles diarios de su principal socio frente a los más de 100.000 que llegó a recibir en los mejores momentos del acuerdo de cooperación firmado por los dos gobiernos en 2003.
Entre los proyectos para el cambio de matriz figuran también la instalación de calentadores solares, la puesta en marcha de módulos solares fotovoltaicos, la sustitución de millones de bombillas tradicionales por luces LED, la venta de cocinas de inducción y el bombeo de agua con energía solar en la agricultura.
En este momento, según datos oficiales difundidos en la sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular en diciembre de 2017, las energías renovables solo aportan 87,5 megavatios al sistema eléctrico nacional. Este año las autoridades esperan alcanzar los 283.
El objetivo para 2030 es que las energías renovables sumen al sistema 2.334 megavatios, de los que 872 procederán de 25 centrales bioeléctricas; 700, de energía solar fotovoltaica; 656, de 14 parques eólicos y los restantes 106 de pequeñas centrales hidroeléctricas (74) y plantas de biogás industrial (531).