Bogotá, 31 ago (EFE).- El gasto derivado de la repetición de cursos escolares en América Latina y el Caribe supera actualmente los 19.980 millones de dólares, según un informe difundido hoy por internet en el que Unicef traza el panorama educativo de la región.
El sobrecosto que significa el fracaso escolar, manifestado en la repetición de años escolares, es equivalente a tres veces el valor de las metas de cobertura universal desde el nivel inicial (preescolar o jardín de infantes) hasta el secundario inferior, resalta el informe “Completar la Escuela. Un Derecho para Crecer, un Deber para Compartir”.
El estudio del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia demuestra que el dinero que se invierte en los estudiantes que deben volver a cursar un año escolar representa el 0,34 % del PIB de los países latinoamericanos y caribeños y un 7 % del gasto educativo regional.
Los gastos son de tan altas proporciones debido a que alrededor del 13 % de los alumnos matriculados en la educación inicial, primaria y secundaria está repitiendo un curso.
Los sobrecostos improductivos para el sistema de la región, que invierte el 4,5 % de su PIB en educación, mientras que en los países más desarrollados es del 12,4 %, ha incrementado alarmantemente el costo de producir un egresado, por el que se paga dos o más veces para que consiga un mismo grado.
Sin embargo, en este contexto, en el que los recursos son limitados aún, se le da prioridad a mantener a los alumnos en la escuela, aunque repitan.
El documento señala que, de solucionarse esta situación de fracaso escolar, se podrá disponer de más dinero destinado a incorporar nuevos alumnos al sistema, por lo que hasta que esto no se resuelva no se podrán conquistar las metas de cobertura.
Los estudiantes que repiten algún curso hacen parte de los 15,6 millones de niños y adolescentes que asisten a la escuela arrastrando algún tipo de fracaso escolar, con lo cual quedan en riesgo de no culminar sus estudios.
Ésto ha sido determinante también para que actualmente el 22 % de los estudiantes que deberían estar cursando la secundaria no hayan finalizado la primaria, debido de igual forma al ingreso tardío al sistema educativo.
Según el informe, nueve millones de estudiantes latinoamericanos y caribeños sufren un desfase de dos o más años entre el grado en el que se encuentran y la edad que tienen.