Por Mayobanex Martínez, abogado y congresista
En los últimos años, la presencia del comercio chino en la República Dominicana ha crecido de manera acelerada, generando un impacto significativo en la economía local. Si bien la inversión extranjera es clave para el desarrollo del país, su expansión descontrolada ha despertado inquietudes en sectores comerciales y empresariales, que han manifestado preocupaciones sobre competencia desleal, evasión fiscal y afectación del comercio tradicional dominicano.
Las asociaciones de comerciantes han señalado que la rápida proliferación de estos negocios ha transformado el panorama comercial del país, especialmente en ciudades como Santo Domingo y Santiago de los Caballeros, donde se han establecido grandes almacenes en puntos estratégicos. Este fenómeno ha generado un debate sobre la necesidad de regulaciones más estrictas para garantizar que todas las empresas operen bajo las mismas reglas.
Preocupaciones del Sector Comercial
El crecimiento del comercio chino ha sido una oportunidad para diversificar la oferta en el mercado, pero también ha representado retos importantes para los comerciantes locales. Una de las principales quejas de las asociaciones empresariales es la diferencia en las condiciones bajo las que operan estos establecimientos en comparación con los comercios dominicanos.
Se han reportado casos de subfacturación en aduanas, ventas sin facturación fiscal adecuada y el uso de múltiples registros comerciales para evitar auditorías. Estas prácticas generan desigualdades en la competencia, ya que los comerciantes locales deben cumplir con normativas fiscales y costos que, según denuncian, no parecen ser exigidos con el mismo rigor a estos establecimientos.
Regulación y Ordenamiento Urbano
En Santiago de los Caballeros, ciudad donde resido y me desarrollo profesionalmente, el crecimiento de estos comercios ha sido notorio, con grandes almacenes instalándose en puntos estratégicos como la Avenida Salvador Estrella Sadhalá, la carretera Gurabo, la carretera Tamboril y la carretera Santiago-Licey, entre otras zonas importantes.
Estas construcciones, muchas veces sin la debida planificación, han generado congestionamiento vehicular, desorden urbano y conflictos con normativas municipales. Las autoridades locales han recibido múltiples quejas debido a la falta de espacios de estacionamiento y la alteración del uso de suelo en sectores que originalmente no estaban destinados para este tipo de comercios a gran escala.
Condiciones Laborales y su Impacto en el Empleo
El tema laboral también ha sido objeto de debate. Se han registrado denuncias sobre el uso de empleados en condiciones irregulares, en su mayoría extranjeros, con salarios por debajo del mínimo establecido y sin acceso a la seguridad social.
El presidente de la Asociación de Comerciantes e Industriales de Santiago (ACIS), Sandy Filpo, ha señalado que el comercio chino debe ser regulado en cuanto al pago del salario mínimo, ya que muchos de estos establecimientos no cumplen con los montos establecidos por la ley. Además, enfatizó la necesidad de supervisar su contribución a la Tesorería de la Seguridad Social (TSS) y de eliminar las distorsiones en el comercio, dado que estos negocios, más que pequeñas tiendas, son grandes empresas con un alto nivel de impacto en la economía nacional.
Las asociaciones de trabajadores han solicitado una supervisión más rigurosa para garantizar que se respeten los derechos laborales en estos comercios y que no se genere un ambiente de competencia desleal con los comerciantes dominicanos que sí cumplen con la normativa.
Un Llamado a la Regulación, No a la Exclusión
El presidente de la Fundación Justicia y Transparencia (FJT), Trajano Vidal Potentini, ha señalado que la permisividad frente a ciertas irregularidades en el comercio chino puede afectar la seguridad jurídica y tributaria del país. Su advertencia resalta la necesidad de que las autoridades revisen los mecanismos de control y supervisión para garantizar un comercio justo y transparente.
Es importante destacar que no se trata de limitar la inversión extranjera ni de cerrar las puertas al comercio chino, sino de establecer condiciones equitativas para todos los sectores. La competencia es saludable cuando se desarrolla dentro de un marco regulatorio claro y justo.
Reflexión y Sugerencia
El crecimiento del comercio chino en República Dominicana es una realidad que debe ser abordada con equilibrio y responsabilidad. La inversión extranjera es bienvenida cuando se desarrolla dentro de un marco de regulaciones claras, respetando las leyes y garantizando condiciones justas para todos los actores del comercio.
Es momento de que las autoridades presten atención a las quejas del sector comercial y adopten medidas para garantizar un comercio justo, sin privilegios ni desigualdades. Solo así podremos asegurar un crecimiento económico sostenible y equitativo, protegiendo tanto a los inversionistas extranjeros como a los comerciantes dominicanos que han sido la base del desarrollo económico del país.