LIMA, PERÚ. El costo de ajustarse a las temperaturas cada vez más altas será dos o tres veces lo anticipado para los países pobres, según la dependencia de las Naciones Unidas abocada al medio ambiente. Y eso en el mejor de los casos, dando por sentado que se logran reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero.
“Si no se reducen las emisiones, habrá que pedir más dinero porque los daños van a ser peores”, advirtió Ronald Jumeau, de las Seychelles, en la conferencia de la ONU sobre el clima.
El informe está llamado a acentuar las disputas en torno a quién paga por el impacto del calentamiento global, cuya principal causa es la quema de carbón, petróleo y gas, pero en el que también incide la deforestación. Ha sido desde siempre el tema más álgido en las negociaciones de la ONU, que van por su 20ma ronda.
Los países ricos se han comprometido a ayudar al mundo en desarrollo a usar energía “limpia” y a adaptarse a los cambios de clima que ya están afectando negativamente cosechas, la salud de la población y las economías. Pero las naciones pobres dicen que no están recibiendo suficiente dinero.
Al estimar los costos anuales que los países pobres deberán enfrentar en el 2050 tan solo para adaptarse a las nuevas condiciones, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente dijo que el cálculo previo de 70.000 a 100.000 millones de dólares “es bastante bajo”. Ese estimado había tomado en cuenta cifras del 2010 del Banco Mundial.
El informe dice que nuevos estudios indican que los costos serán probablemente “dos o tres veces más altos” y podrían llegar incluso a los 500.000 millones.
Eso si el calentamiento global se mantiene por debajo de los dos grados Celsius (3,2 grados Fahrenheit) comparado con la era preindustrial, que es el límite fijado en las conversaciones de la ONU. Los científicos dicen que cumplir ese objetivo requerirá reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a un ritmo que nadie en el mundo está alcanzando.
“El informe es un fuerte recordatorio de que el costo potencial de la inacción será alto”, expresó el director del Programa para el Medio Ambiente Achim Steiner en un comunicado.
El impacto del cambio climático –subida del nivel de los mares, cambios en los patrones de las lluvias y olas de calor más intensas– afecta a todos los países, pero los más pobres son los que menos equipados están para hacerle frente.
Necesitan proteger sus costas, sus cosechas y las fuentes de agua fresca de la crecida de los ríos, las sequías y las inundaciones.
“Sabemos lo que hay que hacer. Solo necesitamos los dólares o los euros”, manifestó Jumeau, quien es portavoz de las islas-estado. Las Seychelles tratan de proteger sus playas de la erosión, de evitar que sus pozos de agua se sequen y que sus arrecifes de corales sean dañados, indicó.
Hay inquietud de que los progresos de las dos últimas décadas en América Latina en su lucha contra la pobreza sean revertidos por el cambio climático.
Un estudio del Banco Mundial de este año indicó que un calentamiento de dos grados podría hacer que Brasil pierda entre el 30% y el 70% de sus cosechas de soja y el 50% de la de maíz.
Los países ricos se han comprometido a aportar 100.000 millones de dólares para el 2020 para que los países en desarrollo reduzcan sus emisiones y se adapten al cambio climático. Pero han contribuido solo 25.000 millones de dólares en el 2012-2013, de acuerdo con el Programa para el Medio Ambiente.
Jumeau hizo notar que el Congreso estadounidense aprobó más del doble de esa cifra en asistencia para las víctimas del huracán Sandy del 2012.
Perú, sede de la conferencia, es uno de los países más vulnerables al cambio climático. Corre peligro de quedarse sin el agua fresca de las montañas como consecuencia del derretimiento de los glaciares y el calentamiento global ha perjudicado también la industria pesquera.
El Programa de las Naciones Unidas para la Alimentación Mundial dice que 3 millones de peruanos –uno de cada diez– son muy vulnerables a una inseguridad alimenticia y a desastres naturales.
Sin embargo, al igual que ocurre en otras naciones en desarrollo, los gastos en iniciativas tendientes a adaptarse al cambio climático deberán competir con otras necesidades urgente, como educación, salud pública y transporte público.
“No hay suficiente dinero y no hay recursos asignados específicamente a financiar la adaptación de Perú”, sostuvo Lenkiza Angulo, quien dirige proyectos de adaptación en este país costeados por el gobierno suizo por valor de 11 millones de dólares.