Las víctimas de acoso entre menores sufren peores impactos en su salud mental cuando llegan al final de la adolescencia que aquellos que han padecido malos tratos por parte de adultos, según un estudio publicado hoy por “The Lancet Psychiatry”.
A los 18 años, los niños que han sufrido acoso de sus compañeros (“bullying”) tienen cinco veces más posibilidades de experimentar ansiedad y son casi dos veces más propicios a sufrir depresión o a autolesionarse, que aquellos pequeños que fueron maltratados por personas mayores.
El estudio, dirigido por el profesor Dieter Wolke de la Universidad británica de Wawick, es el primero de su tipo en el que se comparan los efectos entre los jóvenes adultos del maltrato ya sea a manos de adultos o el ejercicio por los propios compañeros
Los investigadores trabajaron con datos de 5.446 niños y adolescentes hasta los 16 años.
Wolke indicó que, “hasta ahora, los gobiernos han centrado sus esfuerzos en recursos frente al maltrato familiar más que en ‘bullying'”.
Sin embargo, teniendo en cuenta que uno de cada tres niños en el mundo denuncian haber sido acosados y que los menores que lo sufren tienen a lo largo de su vida problemas de salud mental similares o peores a los de aquellos que han sido maltratados, es necesario hacer más”, agregó el experto.
Así, calificó de “vital” que las escuelas, los servicios de salud y otras agencias trabajen juntos para hacer frente al acoso entre menores”.