Por Crispian Balmer y Asma Alsharif
EL CAIRO (Reuters) – El Ejército egipcio tiene detenido al presidente depuesto Mohamed Mursi por acusaciones de secuestro, asesinato de soldados y otros cargos, dijo el viernes la agencia de noticias estatal del país.
Los militares habían dicho previamente que mantenían a Mursi cautivo por su propia seguridad.
El informe probablemente aumentará la tensión justo antes de unas manifestaciones previstas para el viernes, en medio de una serie de muestras de fuerza entre los partidarios y oponentes del islamista Mursi, el primer presidente elegido democráticamente en la historia de Egipto.
Ambas partes advirtieron sobre la posibilidad de derramamiento de sangre en el país, inserto en una turbulencia política y económica desde la revuelta del 2011 que terminó con 30 años de gobierno de Hosni Mubarak.
La agencia de noticias estatal Mena dijo que los cargos contra Mursi incluían conspiración con el grupo islámico palestino Hamas, asesinato de prisioneros y oficiales, secuestro de militares y su responsabilidad en un incendio en la prisión de Wadi el-Natroun.
Esos cargos se relacionan con la fuga de Mursi desde esta cárcel en 2011 tras ser arrestado durante la revuelta contra Mubarak, y brindan fundamentos legales a su actual detención.
Mursi ha permanecido detenido por los militares desde que el Ejército lo derrocó el 3 de julio, luego de masivas protestas callejeras contra su gobierno de un año. Washington ha solicitado que se libere al líder depuesto.
Hermanos Musulmanes, el grupo que llevó a Mursi al poder a través de unas elecciones hace un año, repudió el anuncio de las acusaciones contra el islamista.
“Estos cargos no son más que la fantasía de algunos generales del Ejército y de una dictadura militar”, señaló el portavoz de Hermanos Musulmanes, Gehad El-Haddad.
“Continuaremos nuestras protestas en las calles”, agregó.
Minimizando el reto de Hermanos Musulmanes, el jefe del Ejército, general Abdel Fattah al-Sisi, pidió a los egipcios que se manifiesten el viernes en todo el país para dar a los militares “autoridad” para enfrentar la violencia desatada tras el derrocamiento de Mursi.
Un funcionario militar dijo que el Ejército había dado un plazo hasta el sábado a Hermanos Musulmanes para acabar con su resistencia y unirse a la hoja de ruta establecida por los militares, que prevé elecciones en unos seis meses, lo que indicaría un punto de inflexión en la confrontación.
Hermanos Musulmanes teme que se trate de una medida para desarticular al movimiento islamista, que emergió luego de décadas en las sombras y ganó todos los comicios desde la caída de Mubarak, pero que tuvo problemas para combatir los problemas económicos y sociales de Egipto.
El Ejército ha amenazado con “apuntar sus armas” contra aquellos que empleen la violencia y Hermanos Musulmanes advirtió sobre una guerra civil.
“No iniciaremos ninguna acción, pero definitivamente reaccionaremos duramente contra cualquier incitación a la violencia o al terrorismo de parte de los líderes de Hermanos Musulmanes o sus partidarios”, dijo a Reuters un funcionario militar.
Algunos manifestantes pro-militares se reunieron el viernes temprano en la plaza Tahir, epicentro de estos dos años de turbulencia en Egipto, antes de una manifestación central que podría no producirse hasta después de las oraciones vespertinas que marcarán el fin del día de ayuno por el Ramadán.
(Reporte adicional de Shadia Nasralla, Asma Alsharif, Tom Perry, Noah Browning, Tom Finn, Maggie Fick, Omar Fahmy, Edmund Blair, Mark Felsenthal, Matt Spetalnick y Michelle Nichols; Editado en español por Ana Laura Mitidieri)