EL CAIRO. Al menos 49 personas condenadas a muerte fueron ejecutadas durante el pasado año en Egipto, según revela un informe presentado hoy en El Cairo por dos ONG locales de defensa de los derechos humanos.
La Iniciativa Egipcia para los Derechos Personales (IEDP) y el Centro Adala para los Derechos y las Libertades aseguraron que en 2017 los tribunales egipcios, tanto civiles como militares, emitieron un total de 388 condenas a muerte, en primera instancia y definitivas.
En un informe titulado “En nombre del pueblo: el primer informe anual sobre la pena de muerte en Egipto en 2017”, las organizaciones señalan que el Tribunal de Apelación egipcio confirmó la pena capital contra 32 personas, varias de ellas juzgadas en “ocho procesos de naturaleza política”.
Asimismo, los tribunales penales emitieron 260 condenas a la horca, 139 de ellas en el marco de “16 procesos de naturaleza política”.
Las ONG precisan que 36 de los condenados en primera instancia son prófugos de la justicia.
Por otra parte, el Tribunal Supremo de Apelación Militar emitió sentencias definitivas de muerte contra 25 civiles (22 de ellos detenidos y tres huidos).
Otros 71 civiles (19 actualmente detenidos) fueron condenados en primera estancia a la pena capital en cortes castrenses en 2017, en juicios considerados “políticos”, según el informe.
Las organizaciones denunciaron también irregularidades en varios de estos procesos civiles y militares que concluyeron con la imposición de la máxima pena.
Entre ellos, mencionaron el interrogatorio por parte de la Fiscalía de 50 acusados sin la presencia de sus abogados, o las denuncias de otros 42 procesados, que aseguraron que habían confesado bajo tortura.
En al menos 13 de estos casos se dictaminó la pena de muerte a pesar de que médicos forenses certificaron la presencia de marcas de tortura en el cuerpo de los acusados, según el informe.
La ONG Amnistía Internacional denunció anteriormente que en 2016 fueron ejecutadas en Egipto al menos 44 personas y los tribunales emitieron al menos 237 penas capitales, lo que colocó al país norteafricano en la sexta posición de países con más ejecuciones detrás de China, Irán, Arabia Saudí, Irak y Paquistán.