KABUL, Afganistán (AP) – Estados Unidos y la OTAN terminaron formalmente su guerra en Afganistán el domingo con una ceremonia en su cuartel general militar de Kabul mientras la insurgencia contra la que lucharon durante 13 años sigue siendo tan feroz y mortal como en cualquier otro momento desde la invasión de 2001 que derrocó al régimen talibán luego de los ataques del 11 de septiembre.
El acto simbólico marcó el fin de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF por sus siglas en inglés) liderada por Estados Unidos, que a partir del 1 de enero pasará a tener un papel secundario con 13.500 soldados sobre el terreno, la mayoría estadounidenses.
El general John Campbell, comandante de la ISAF, enrolló y enfundó la bandera verde y blanca de la Fuerza y desplegó la bandera de la nueva misión internacional, llamada Resolute Support (Apoyo Decidido).
“Resolute Support servirá como piedra angular de una sociedad duradera” entre la OTAN y Afganistán, dijo Campbell a una audiencia de oficiales afganos y militares y funcionarios internacionales, además de diplomáticos y periodistas.
Rindió homenaje a los soldados afganos y extranjeros que murieron luchando contra la insurgencia, diciendo: “El camino que tenemos ante nosotros sigue siendo un reto, pero vamos a triunfar”.
A partir del 1 de enero, la nueva misión proporcionará formación y apoyo al ejército local, con Estados Unidos aportando casi 11.000 miembros a la fuerza residual.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, que asumió el poder en septiembre, firmó acuerdos bilaterales de seguridad con Washington y la OTAN lo que permiten presencia militar permanente. La medida ha provocado un aumento de la violencia ya que los talibanes la han empleado como excusa para intensificar las operaciones dirigidas a desestabilizar su gobierno.
La misión termina con 2.224 soldados estadounidenses muertos de un total de 3.500 efectivos extranjeros fallecidos. La Fuerza alcanzó su máximo en 2010 con 140.000 soldados.
La retirada de la ISAF dejará a las fuerzas de seguridad afganas frente a frente con una insurgencia en aumento mientras los talibanes se aprovechan de la marcha de las tropas extranjeras para dejar su huella por todo el país.
Naciones Unidas dice que las bajas civiles alcanzarán las 10.000 personas este año, la mayoría causadas por los talibanes.