WASHINGTON. Miembros de los dos partidos dicen que una serie de leyes contra el aborto en estados gobernados por los republicanos serán un arma para los demócratas en las próximas elecciones, ya que le permitirán presentar al Partido Republicano como extremistas y ganar a los centristas cuyos votos podrían ser decisivos en las contiendas indecisas.
La ley de Alabama que prohíbe el aborto en prácticamente todos los casos, incluso los de violación o incesto, es la más estricta hasta el momento. Esta ley no solo alienta a los demócratas: el presidente Donald Trump y otros dirigentes y legisladores republicanos que aspiran a la reelección han tomado distancia de ella.
Su reacción pone de relieve el hecho de que los republicanos se han excedido en sus apuestas a favor de leyes severas que esperan impulsen a la Corte Suprema, con su mayoría conservadora, a anular Roe v. Wade, el fallo de 1973 que legalizó el aborto. También ilustra el dilema de los republicanos al complacer a su base antiabortista sin malquistarse con la amplia mayoría de los votantes, que se oponen a prohibir totalmente el aborto.
La ley de Alabama es “un factor adverso para los candidatos republicanos (…) en muchas partes indecisas del país porque es extrema”, dijo David Flaherty, un consultor republicano que ha colaborado en elecciones legislativas alrededor del país. “Solo sirve para ampliar la brecha entre géneros”.
Brian Fitzpatrick, profesor en la facultad de derecho de la Universidad de Vanderbilt y excolaborador del senador republicano John Cornyn, de Texas, dijo que “muchas mujeres moderadas temerán que este derecho que creían tener desde hace más de 40 años se va a perder” y eso motivará su voto.