SEUL, Corea del Sur (AP) — En una muestra de fuerza tras semanas de alardes bélicos de Corea del Norte, Estados Unidos tomó el jueves la medida sin precedentes de anunciar que dos de sus bombarderos B2 con capacidad nuclear arrojaron municiones sobre una isla surcoreana como parte de ejercicios militares conjuntos.
El anuncio seguramente aumentará la tensión con Pyongyang, que ha lanzado ya una ola de advertencias para dejar claro su disgusto por las maniobras militares y las sanciones de la ONU tras su prueba atómica del mes pasado. Pero el jueves dio indicios de que no está dispuesta a ir más allá.
Una planta industrial norcoreana operada por técnicos surcoreanos funcionaba normalmente, pese a que Pyongyang clausuró la víspera las líneas ordinarias de comunicaciones para transportar trabajadores y bienes a través de la frontera. Por ahora, el gobierno norcoreano prefirió las divisas generadas por esa fábrica a lanzar una nueva provocación.
Las fuerzas estadounidenses en Corea dijeron en un comunicado que los bombarderos furtivos B-2 volaron desde una base aérea en Misurí y arrojaron municiones sobre una isla surcoreana antes de regresar a Estados Unidos. Se desconoce si estos bombarderos fueron utilizados en el pasado en ejercicios anuales con Corea del Sur, pero es la primera vez que el mando militar avisa que los utilizó.
El comunicado siguió a un anuncio estadounidense anterior de que los bombarderos B-52, capaces de usar armamento nuclear, participaron en las maniobras conjuntas.
El anuncio seguramente generará una fuerte respuesta de Pyongyang. Corea del Norte considera las maniobras militares como parte de un plan para invadirla, mientras que Washington y Seúl dicen que se trata de ejercicios de rutina y de naturaleza defensiva.
Corea del Norte amenazó ya en las últimas semanas con lanzar ataques nucleares contra la capital estadounidense y la surcoreana. Indicó el miércoles que no hay necesidad de establecer comunicaciones “cuando en cualquier momento puede estallar una guerra”. A principios de mes anunció que consideraba derogado el armisticio que puso fin a la Guerra de Corea en 1953.
Pero Pyongyang podría haber perjudicado sus ya débiles finanzas de haber impedido a los surcoreanos entrar y salir de la planta industrial de Kaesong, que el año pasado produjo bienes por un valor de 470 millones de dólares.
Los gerentes surcoreanos de la planta dijeron que no hubo indicio alguno de problemas el jueves.