Washington, 28 nov (EFE).- Estados Unidos celebra hoy su fiesta nacional por excelencia, el día de Acción de Gracias (“Thanksgiving”), en la que cada año las familias se reúnen alrededor de la mesa para comer pavo el cuarto jueves de noviembre.
Los orígenes de esta festividad se remontan al siglo XVII, cuando los primeros colonos agradecieron a Dios su cambio de suerte tras unos primeros meses de enormes dificultades en el “Nuevo Mundo”, y, con el tiempo, se convirtió en tradición y perdió sus connotaciones religiosas.
Ahora Acción de Gracias es una celebración en la que participan personas de todos los credos y nacionalidades, que regresan a casa ese día para reunirse con sus parientes, y está asociada al pavo y al fútbol americano.
De todas formas, las clásicas cenas familiares empiezan a verse amenazadas por el adelanto de la apertura de las tiendas en el Viernes Negro (“Black Friday”), el día siguiente al de Acción de Gracias, que inaugura la temporada de compras navideñas en EEUU.
El desfile de globos gigantes de Nueva York, que arrancó en 1927, o la ceremonia en la que el presidente de Estados Unidos indulta al “Pavo Nacional de Acción de Gracias” son otros de los atractivos de esta fiesta.
Se considera que la primera celebración del día de Acción de Gracias tuvo lugar en noviembre de 1621 y duró tres días, cuando un grupo colonos británicos quiso agradecer sus buenas cosechas del verano tras el duro invierno que siguió a su llegada a Plymouth (Nueva Inglaterra) a bordo del Mayflower.
La fiesta se mantuvo viva, pero no se hizo oficial hasta que el primer presidente de la historia de Estados Unidos, George Washington, proclamó el 26 de noviembre como Día Nacional de Acción de Gracias en 1789, para que los ciudadanos del entonces recién nacido país expresaran su gratitud por el fin de la Guerra de Independencia.
Sin embargo, en las décadas siguientes tampoco se homogeneizó la festividad, ya que los estados del norte la celebraban cada uno en una fecha y los del sur permanecían ajenos a ella.