El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, no obtuvo el apoyo que deseaba en la primera jornada de la Cumbre del G-20, que se celebra en la ciudad rusa de San Petersburgo (noroeste), pues un significativo número de líderes mundiales manifestaron su posición y rechazo a la intervención militar en Siria que planea el Mandatario norteamericano.
Los líderes de los Estados parte del G-20 iniciaron la cumbre anual para discutir formas de reactivar la economía global. No obstante, fue el conflicto sirio el que ocupó la mayor parte de la agenda, para dejar claro el rechazo mayoritario a la posible intervención militar.
El presidente ruso, Vladimir Putin, es uno de los jefes de Estado que se opone con mayor fuerza a la posibilidad de bombardear al pueblo sirio. Precisamente, en su calidad de anfitrión, fue él quien propuso debatir el tema durante la cena de trabajo privada, ya que no estaba en el temario de la cita económica mundial.
Durante su discurso de bienvenida, Putin dijo a los demás gobernantes que había decidido “ampliar el orden del día” a Siria, “por pedido de varios presidentes” que estaban presentes en el lugar.
Fue entonces cuando los países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, la Unión Europea (UE), la presidenta argentina Cristina Fernández y hasta el papa Francisco -a través de una carta- advirtieron de los riesgos que tendría un ataque a Siria, tanto para la región como también para el mundo.
Los estados del BRICS apoyaron la posición de Moscú, que también insta a Washington a esperar los resultados que emanen de la investigación que emprende actualmente una misión de expertos de las Naciones Unidas (ONU), incluyendo el agravamiento de la situación humanitaria en gran parte del territorio sirio.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, reiteró la posición rusa de que las pruebas presentadas días atrás por Washington -que acusan al Ejército sirio de usar armas químicas contra grupos terroristas- “no convencen en absoluto”.
La presidenta Fernández declaró que una eventual intervención militar en Siria “sería nefasta”, al tiempo que reiteró su pedido de “trabajar para encontrar la paz y la cordura” en el marco de la ONU.
El Sumo Pontífice aboga también por una rápida solución del conflicto y pide “dejar de lado la búsqueda inútil de una solución militar”, en un país mayoritariamente musulmán pero con una gran comunidad cristiana.
El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, insistió en que se debe esperar el informe de los inspectores de la ONU que investigan sobre el terreno el uso de armas químicas en Siria.
Agregó que aunque varios miembros de la UE comparten la necesidad de castigar a Damasco, “en estos momentos, sólo un país, Francia”, estaría dispuesto a tomar parte en una acción militar.
Adicionalmente, hasta 256 organizaciones humanitarias internacionales y árabes advirtieron contra los peligros de un ataque a Siria y pidieron a los líderes del G20 que lleguen a un acuerdo urgente para evitarlo.
Obama logró una victoria en sus planes militares cuando una comisión del Senado de su país aprobó una resolución de autorización del uso de la fuerza contra Siria que ahora será sometida a votación en ambas cámaras del Congreso.