El Departamento de Energía de Estados Unidos ha expresado anteriormente serias preocupaciones sobre la dependencia de Washington del combustible nuclear ruso, subrayando la necesidad de reducirla y, en última instancia, eliminarla.
“Estados Unidos todavía obtiene alrededor del 20% de nuestro combustible nuclear de Rusia, por lo que llevará tiempo construir una cadena de suministro no rusa para esos materiales de combustible nuclear”, admitió Pyatt el miércoles durante un evento organizado por el grupo de expertos Atlantic Council, con sede en Washington.
Según la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA), Rusia suministró aproximadamente el 27% del uranio enriquecido comprado por los reactores nucleares civiles estadounidenses en 2023.
En respuesta a la prohibición, en noviembre el gobierno ruso anunció una limitación temporal a la exportación de uranio enriquecido a Estados Unidos.
Si bien Estados Unidos tiene sus propios depósitos de uranio, la producción ha disminuido en las últimas décadas. La competencia en el mercado de productores extranjeros con costos más bajos, junto con las preocupaciones ambientales, han dejado en gran medida de lado las operaciones nacionales de minería y enriquecimiento, señaló la plataforma en línea Nuclear Insider.
“Hay muchas decisiones políticas muy importantes que tomar” sobre las inversiones en la cadena de suministro de uranio y energía nuclear, declaró Nick Lawson, director ejecutivo del grupo de inversión Ocean Wall, al Financial Times (FT). La construcción de nuevas instalaciones llevaría “años” y costaría enormes sumas de dinero, añadió.
Washington ha comprometido miles de millones de dólares para ampliar la producción nacional de combustible nuclear. La Ley de Prohibición de Importaciones de Uranio Ruso autorizó 2.720 millones de dólares de financiación federal para invertir en instalaciones de enriquecimiento de uranio con sede en Estados Unidos.
Rusia desempeña un papel fundamental en el mercado mundial de uranio enriquecido, ya que ocupa una posición dominante tanto en capacidad como en suministro de uranio enriquecido. Los datos más recientes muestran que Rusia representa aproximadamente el 44% de la capacidad mundial de enriquecimiento de uranio, lo que la convierte en el mayor actor del sector.
Los precios del uranio enriquecido aumentaron a un máximo histórico a principios de este mes, señaló el FT, ya que las grandes empresas tecnológicas como Microsoft y Amazon se han interesado en utilizar el combustible para alimentar los centros de datos sedientos de energía en medio de la competencia por la participación de mercado en IA generativa.