Willians De Jesús Salvador.
Eduard Snowden, quien se desempeñó como técnico del Servicio Nacional de Seguridad de los Estados Unidos de Norteamérica, se ha comportado como un espía indiscreto que rompiendo el código de ética y silencio hasta la tumba propio de este oficio, ha hecho revelaciones que han provocado irritación de algunas naciones por las denuncias del supuesto espionaje de EEUU a algunas embajadas en territorio norteamericano.
Ante la disyuntiva por la conducta el joven Snowden, que puede ser tipificada como de alta traición, aclaró en una entrevista con el diario de Hong Kong South China Morning Post, que no es ninguna de las cosas, sino simplemente un ciudadano estadounidense que busca “revelar delitos”.
En la lucha de poder por la supremacía universal, tanto en la guerra como en la paz, la diplomacia siempre ha jugado un papel de primer orden.
Estando de visita en Kiev en el año 2003, Ucrania, me contó un amigo que sirvió de embajador en los países de Europa del Este, que en los tiempos de la guerra fría, cuando se encontraban de frente dos diplomáticos de Estados Unidos de Norteamérica y de la URSS, se comportaban con cortesía, donaire y elegancia exquisita, pero sus movimientos y gestos, eran estudiados como si se tratase de dos jugadores de poker o espías con corbatines.
Los Ministerios de Relaciones Exteriores de todos los países del mundo, las comunicaciones eran fundamentalmente a través del teletipo, y se utilizaba un lenguaje en claves, cuyo código era cambiado con frecuencia, y era un secreto a voces que las legaciones o embajadas eran espiadas por los contrarios y sus representantes diplomáticos monitoreados 24 horas al día.
Hoy la guerra es cibernética, los servicios secretos, los departamentos de investigación nacional y los múltiples organismos responsables de la seguridad nacional, utilizan tecnología de punta en la obtención de informaciones, sin haber abandonado el método más antiguo, la escucha humana, cuyo servicio no siempre tiene como finalidad actuar en contra del país amigo, sino, también para protegerlos de atentados en el país receptor, que es responsable de la integridad de las embajadas, consulados y sus connacionales que visitan o residen en el mismo.
Estados Unidos de Norteamérica, se considera la nación más poderosa del mundo, con frentes de combates abiertos en diferentes partes del globo terráqueo, en cuyas misiones militares siempre están aliados países comprometidos con los mismos fines estratégicos, por lo que se utilizan los diferentes mecanismos dentro y fuera del territorio norteamericano para preservar los intereses de los aliados, que están expuestos a potenciales actos de sabotajes o terroristas.
Considero oportuno ilustrar con un ejemplo muy elocuente, como es de todos conocidos que el gobierno dominicano envió tropas a la guerra de Irak en condiciones de aliadas de Estados Unidos, yo era el embajador concurrente con la República de Polonia, y era justamente su capital Varsovia donde estaba el Comando Conjunto de las fuerzas aliadas de EEUU, por lo que nos reunimos en la Embajada Dominicana en Alemania para tomar las providencias de lugar, ya que la embajada dominicana en Berlín, está ubicada en Potsdamer Plaz, esta zona hay muchos extranjeros árabes, turcos, iraquíes, etc, por lo que consideramos de lugar pedir una vigilancia física y reforzar la seguridad de la embajada y del personal diplomático.
Cuando nos reunimos con los responsables de la seguridad de las embajadas que están en el edificio, nos contestaron que no hacía falta mayor seguridad, que la embajada estaba controlada que aunque no viéramos físicamente los agentes de seguridad, la protección era casi blindada. Me desplazaba con la mayor confianza por toda mi área de trabajo diplomático, visitaba todos los Estados Federados de Alemania (Länder), viajaba con frecuencia a Polonia y a la República Checa.
En el año 2001 la embajada dominicana en Alemania, todavía estaba en la ciudad de Bonn, me correspondió ser el ultimo embajador latinoamericano en Bonn, una noche regresamos mi esposa Suiden y yo, era una cena que nos habían invitado en Frankfort una pareja de esposos norteamericanos, ella era la secretaria del cónsul norteamericano en Frankfort y él militar de alta graduación de la aviación norteamericana, al regreso se me quedó la chaqueta en el vagón del tren, al llegar a la casa no estaba en mi auto la chaqueta, eran casi las una de la madrugada, inmediatamente me puse en contacto con la policía, le expliqué lo sucedido y mi interlocutor me tranquilizó de inmediato, me dijo : “ Usted salió de Frankfurt a las 11 de la noche, viajó acompañado de su esposa, en el primer vagón, primera clase del tren, y su chaqueta negra de tenues rayas grises, tiene su nombre y apellido en la parte interior; en bolsillo lleva el pasaporte y otros documentos, ya están de regreso desde Colonia donde se percataron de su olvido, desea regresar a la estación a recogerlo en una hora o muy amablemente se los llevamos a su residencia”. Le expresé las gracias y decidí recibirla a las dos de la madrugada.
No siempre que un país obtiene el mayor número de informaciones y movimientos de los diplomáticos se trata de una actitud contraria a las buenas relaciones entre ambas naciones, sino, para cuidar mejor los intereses soberanos de esa nación.
Esto no significa que Estados Unidos de Norteamérica, los países miembros de la Unión Europea y las naciones integrantes del bloque conocido por las siglas BRICS, no mantengan una búsqueda permanente de informaciones sobre las diferentes actividades y movimientos diplomáticos mutuamente, para fines estratégicos nacionales e internacionales.
Estos tres bloques de naciones integran la tripolaridad del poder del globo terráqueo, y aunque quedó atrás la Era de la Guerra Fría, hoy día, el terrorismo, el narcotráfico y la lucha por el dominio del mercado mundial, son situaciones amorfas, que obligan a unos y otros a mantener el mayor flujo de informaciones para preservar sus intereses.