A pesar de sus negativas, el presidente Donald Trump tuvo un encuentro con el embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak, el pasado abril antes de un discurso sobre política exterior en la capital estadnidense, afirmó The Huffington Post.
De acuerdo con el reporte, basado en un texto del diario The Wall Street Journal del 13 de mayo de 2016, “Trump tuvo al menos algo de interacción con Kislyak el 27 de abril, justo en medio de la temporada de campaña” en el hotel Mayflower.
“Algunos dicen que los rusos no serán razonables. Yo pretendo enterarme”, dijo Trump en ese discurso, antes del cual fue presentado a Kislyak por Dimitri Simes, presidente del centro de análisis conservador Center for the National Interest.
“No está claro lo que Trump y Kislyak discutieron ni que tan amplia fue su interacción”, escribió Amanda Terkel, reportera política del Huffington Post. Simes aseguró que su papel se concretó a presentarlos.
Según el Huffington Post,la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, afirmó que no hubo un verdadero encuentro entre Trump y Kislyak: “The National Interest fue anfitrión del discurso de política exterior y de la recepción previa. Hubo varios embajadores presentes. El señor Trump estuvo cinco minutos en la recepción y de inmediato se dirigió al podio”.
Hasta ahora, sin embargo, el problema para el gobierno Trump ha estado menos en el contenido de los contactos que en la insistencia en negarlos, como hizo el propio Trump en una entrevista con la cadena NBC el 11 de enero, pese a informaciones que dicen lo contrario y acusaciones hasta de perjurio contra personajes como el procurador general, Jeff Sessions.
El Procurador y exsenador debió marginarse de una investigación en torno a los presuntos intentos rusos de influenciar la elección. Las acusaciones han sido comparadas a la persecución macartista (anticomunista) de principios de los años 1950.
Hasta ahora se sabe que cinco miembros del equipo de Trump se reunieron con el diplomático ruso antes de que el ahora Presidente asumiera.
Michael Flynn, designado Consejero de Seguridad Nacional, fue obligado a renunciar en febrero por sus presuntos vínculos con Rusia. Uno de los primeros consejeros de campaña de Tump, Paul Manafort, debió renunciar por causas similares.
