CLEVELAND, Ohio, EE.UU. Donald Trump declaró el jueves que Estados Unidos está en crisis y prometió a unos entusiastas republicanos y unos votantes aún escépticos que si alcanza la presidencia restaurará la seguridad que temen estar perdiendo, restringirá estrictamente la inmigración y salvará al país del historial de “muerte, destrucción, terrorismo y debilidad” de Hillary Clinton.
El magnate enfrentó con confianza el último acto de la accidentada convención nacional republicana afirmando que los problemas del país son demasiado grandes como para resolverse en los confines de la política tradicional. “Me he sumado a la esfera política para que los poderosos ya no puedan aplastar a las personas que no pueden defenderse”, dijo Trump.
El discurso de aceptación de la candidatura republicana a la presidencia cierra el improbable ascenso del célebre empresario, de 70 años. El partido republicano llega a las elecciones generales unido en su oposición a Clinton pero aún dividido en cuanto a Trump. Subrayando el carácter poco ortodoxo de su candidatura, Trump insistió en las duras políticas migratorias que motivaron a los conservadores en las primarias pero se distanció de muchos en su partido al prometer protecciones para gays y lesbianas. Su intervención en la noche de clausura de la convención es su mayor oportunidad hasta la fecha para sanar las divisiones republicanas y mostrar a los votantes que está preparado para la presidencia.
El empresario, siempre consciente del factor espectáculo, se alimentó de la energía del público, dando un paso atrás para recibir los aplausos y sumándose a los delegados al corear “U-S-A”. Mientras la multitud, opuesta con fiereza a Clinton, entonaba su frecuente lema “Enciérrenla”, Trump les hizo un gesto para que se detuvieran y en cambio propuso: “Derrotémosla en noviembre”. Sin embargo, también acusó a su probable rival demócrata de cometer “crímenes terribles, terribles” y dijo que su principal logro podría haber sido evitar la cárcel por utilizar un servidor privado y su correo electrónico personal cuando era secretaria de Estado.
El discurso, de aproximadamente una hora, fue especialmente sombrío para un acto de celebración y casi no incluyó ninguna propuesta de medidas concretas. Trump vociferó en todo el discurso, que leyó de un teleprompter, mostrando pocos atisbos de humor ni tan siquiera una sonrisa.