Decenas de miles de manifestantes salieron de nuevo a la calle ayer domingo, en Oriente Medio y en otras partes del mundo, para protestar contra la polémica decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de reconocer Jerusalén como capital de Israel.
En el cuarto día de choques y protestas en los Territorios Palestinos, murieron cuatro palestinos. Prueba de la exacerbación de las tensiones, un palestino apuñaló e hirió de gravedad a un agente de seguridad israelí en Jerusalén, según la policía, que trató el ataque de “terrorista”. El palestino fue detenido.
En el plano diplomático, las acusaciones también continuaban. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que su país “no abandonará Jerusalén a un Estado que asesina niños”.
De visita en París para reunirse con el presidente francés, Emmanuel Macron, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acusó a Europa de “hipocresía” y le reprochó no condenar los disparos de cohetes palestinos contra Israel.