El popular y polémico doctor surcoreano Lee Kuk-jong ha vuelto a copar estos días portadas y noticieros en su país como el “supermédico” que ha salvado la vida del soldado norcoreano tiroteado por sus compañeros cuando cruzaba la frontera.
Cuando el pasado 13 de noviembre el militar de 24 años protagonizó una espectacular deserción a través de la militarizada frontera intercoreana, cuyas imágenes han dado la vuelta al mundo, el helicóptero que lo evacuó puso en seguida rumbo al Hospital Universitario de Ajou en Suwon (al sur de Seúl).
Casi todos en Corea del Sur saben que este centro médico es la base de operaciones del doctor Lee, que ya protagonizó otra celebrada gesta en 2011, cuando salvó la vida del capitán de un navío surcoreano secuestrado por piratas somalíes que, al igual que el soldado desertor, recibió media decena de impactos de bala.
Semejante proeza hizo incluso que dos “dramas” (las populares telenovelas surcoreanas) emitidos en 2012 y 2016 basaran a uno de sus protagonistas en la carismática figura de este cirujano de 48 años que solo conserva la visión en un ojo.
La primera de ellas, “Golden Time”, destacaba la importancia de esos minutos u horas cruciales posteriores a un grave accidente, algo que subrayó públicamente el propio Lee tras operar al capitán del carguero y que le llevó a hacer campaña para crear las primeras unidades de traumatologías surcoreanas, inexistentes entonces.
Su éxito a la hora de salvar al soldado norcoreano, que ya ha sido trasladado a planta, ha deparado una nueva campaña remitida a la Oficina presidencial surcoreana, que suma 170.000 firmas en una semana y en la que se pone de ejemplo la labor de Lee para pedir más recursos para las seis unidades de trauma que hoy tiene el país.
No obstante, durante esta semana se ha hablado casi más de su particular enfoque postoperatorio que de su habilidad con el bisturí, tras haber mostrado la enorme bandera surcoreana con la que ha decorado la habitación de su paciente, al que además le ha puesto películas y series de acción de Hollywood y canciones de K-pop.
El médico ha observado que el militar, apellidado Oh, muestra síntomas de “estrés psicológico severo y depresión”, y ha considerado que este tipo de elementos son adecuados, ya que el joven ha reconocido que fue la “imagen positiva” de Corea del Sur con respecto al Norte la que le llevó a desertar.
Entre los contenidos de los que ha podido disfrutar estos días se cuentan las canciones del grupo femenino Girls Generation, la serie “CSI”, la comedia “Bruce Almighty” o la cinta de acción “Transporter 3”.
Viendo esta última película cargada de temerarias persecuciones en carretera, Oh, que empleó un todoterreno para su huida de Corea del Norte, dijo que en un momento dado había sido conductor en su país de origen, un lugar donde muy pocos saben manejar un vehículo).
Poco más se sabe por el momento de su pasado, ya que Lee ha insistido en que no se le pregunte de momento por su experiencia en Norte, y ha pedido a los medios, al ejército y a la inteligencia surcoreana -todos ansiosos por entrevistarlo- que tengan paciencia.
Además de la recuperación y las secuelas físicas y psicológicas, a Oh le espera el duro camino que encara la mayoría de norcoreanos que llegan al Sur, empezando por el internamiento durante tres meses en un “Hanawon”, los centros donde se prepara a los desertores para la alocada y competitiva vida capitalista en Corea del Sur.