Tengo muy reciente el análisis del Bebop 2, de hecho los he estado volando juntos unos días, y sin menospreciar al trabajo de Parrot – otro nivel de precios -, lo que consigue DJI con su Phantom 4 no podemos encontrarlo en muchos productos comerciales: a un precio que no es prohibitivo nos presentan una máquina casi perfecta de grabar, con unas habilidades de vuelo fantásticas, y una inteligencia que lo hace desmarcarse de la competencia. Sí, sus funciones autónomas son realmente destacables.
Obviamente tiene aspectos mejorables, como podremos conocer en este artículo, y dejando a un lado sus capacidades como vehículo volador, en nuestro país hay muchas limitaciones para volar con seguridad un dron, lo que hacen que una experiencia increíble que podría vivir mucha gente, se vea realmente limitada. Algo que por otra parte me parece lógico, estos bichos son bastante peligrosos en manos de gente que tenga el presupuesto pero no esté preparada o autorizada.
DJI es el líder del mercado dron, y eso que ni fue el primero ni será el último, pero ha sabido integrar las soluciones más inteligentes en un producto comercial, además de venderlo como si se tratara de algo relativamente fácil de usar y mantener. No está solo en el mercado, ahora mismo un Phantom tiene competencia, la tiene de nombres como Yuneec o 3D Robotics, pero ninguno presenta una apuesta tan redonda, o ha sabido venderse tan bien.
La firma china lo vende como el dron que todo el mundo puede volar, principalmente por lo listo que es a la hora de entender que tiene obstáculos delante, siempre que lo tengamos configurado en el modo más inteligente de reconocimiento y funcionamiento. Así es, con una pequeña preparación – no son 5 minutos como en el Bebop 2 – estamos listos para dar nuestros primeros vuelos. El mando parece complejo, pero en pocos vuelos vamos entendiendo que todo está a la mano, bien diseñado.