Puerto Príncipe (AGENCIA EFE).- El secretario del Consejo de Ministros de Haití, Rénald Lubérice, anunció este miércoles su dimisión al cargo, en medio de un aumento de las tensiones políticas en el seno del Gobierno.
Lubérice anunció su dimisión en una carta enviada al Consejo de Ministros, en la que justificó su renuncia en las sospechas de que el primer ministro, Ariel Henry, pudiera estar implicado en el asesinato del presidente Jovenel Moise, perpetrado el 7 de julio pasado.
“No sabría mantenerme bajo la dirección de una persona nombrada por Jovenel Moise, acusada de su asesinato, que no entiende de cooperar con la Justicia y busca, al contrario, por todos los medios, obstruirla”, dijo Lubérice.
El fiscal Bel-Ford Claude pidió el lunes a un juez que investigue a Henry por su supuesta implicación en la muerte de Henry y, horas después, el primer ministro lo destituyó alegando una “falta administrativa grave”.
El fiscal sustenta sus sospechas en informes de una ONG que aseguran que Henry mantuvo dos conversaciones telefónicas con uno de los principales sospechosos de organizar el asesinato, Joseph Felix Badio, pocas horas después del crimen.
A pesar de las sospechas, el fiscal no estaba facultado para solicitar la investigación o la citación de ningún implicado, ya que el caso del magnicidio se encuentra en manos del juez de instrucción Garry Orélien, quien es la única autoridad con poder para conducir la investigación.
Algunos medios haitianos dijeron que Henry destituyó a Lubérice y también al ministro de Justicia, Rockefeller Vincent, en el curso del mismo Consejo de Ministros en el que cesó al fiscal, celebrado el lunes, pero esta información no ha sido confirmada de forma oficial.
El cese del ministro de Justicia era una de las exigencias que hicieron algunos partidos opositores como condición para firmar un acuerdo político, que fue suscrito el pasado sábado.
El acuerdo, firmado por el primer ministro y por varios partidos de oposición, prevé el aplazamiento de las elecciones y la formación de un nuevo Gobierno apartidista, que asumiría el poder hasta la cita con las urnas.