La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se dirigió al pueblo brasileño y expresó que lo que está en juego en Brasil no es solo su mandato sino el respeto a las urnas, a la voluntad soberana de los 54 millones de personas que la eligieron y a la Constitución.
También las conquistas de los últimos 13 años, los beneficios para las personas más pobres y de clase media, la valorización del salario mínimo, los médicos que atienden a la población y la realización de una casa propia con el programa “Mi Casa, Mi Vida”.
“Este golpe es una amenaza no solo para la democracia sino para las conquistas que la población alcanzó en las últimas décadas”, destacó.
Advirtió que el mayor riesgo para el país es ser dirigido por un Gobierno que no fue electo por el voto directo, que no tendrá la legitimidad para proponer e implementar soluciones para los desafíos de Brasil y que se podría ver tentado a reprimir.
“Un gobierno que nace de un golpe, de un juicio político fraudulento y que será en sí la gran razón para la continuidad de la crisis política”, expresó.
Reiteró que el juicio político es una farsa jurídica en contra de una persona honesta y que la democracia joven del país no se merece lo que está ocurriendo. “No hay injusticia más devastadora que condenar a un inocente”, dijo.
En este sentido, mencionó que no cometió ningún delito de responsabilidad, no tiene cuentas en el exterior, no ha recibido sobornos y que este ataque se debe a que nunca aceptó chantajes.
También recordó que desde que resultó electa la oposición inconforme buscó anular las elecciones, luego pasó a conspirar abiertamente por el juicio político hasta hundir al país en una inestabilidad política con el único objetivo de tomar por la fuerza lo que no pudieron lograr en las urnas.