La adolescente Emely Peguero no murió a consecuencia de la práctica de un aborto sino que su novio Marlon Martínez la asesinó en su residencia en San Francisco de Macorís y después botó su cadáver.
Esa es la tesis que manejan los familiares de la víctima, cuyo abogado, Ariel Medina, dijo que ante la negativa de Martínez de aceptar el embarazo de cinco meses que tenía Emely, “en un golpe de ira, tomó la decisión de matarla”.
“Él la retiró en la mañana del miércoles 23 de agosto de su casa y se trasladó a San Francisco de Macorís a su apartamento, en la torre Don Luís, piso número cuatro, propiedad de su madre”, dijo el abogado en llamada telefónica al “Sol de la Mañana”.
Posiblemente fue un evento dentro de la discusión por el embarazo, dijo el abogado ante la pregunta de los panelistas de por qué “si la iba a matar se la llevó para su casa”.
“Él saco el cadáver solo. Él se mantuvo todo el tiempo solo con la joven en el apartamento”, agregó.
El fiscal de la provincia Duarte, Felipe Restiuyo, reveló esta semana que Marlon admitió que asesinó a su novia y votó el cadáver.
De su lado, el abogado José Matínez Hoepelman considera que el Ministerio Público debe tratar el caso como un crimen agravado porque no se trató de un aborto, sino de un asesinato cometido por Marlon Martínez.
Dijo que otras dos personas están siendo investigadas y que deberán pedir prisión preventiva en contra de la madre de Marlon por complicidad.
Tenía el feto
Mientras que el abuelo de la víctima, Jorge Polanco Mosquea, declaró esta mañana a los periodistas que estaba en la morgue del hospital de Santiago que el cadáver de su nieta todavía conservaba el feto en su vientre, pero esa versión no fue confirmada por las autoridades.
Polanco Mosquea, que salió de la sede del Instituto Nacional de Ciencias Forenses que se encontraba en el cementerio municipal de la sección de El Ingenio, en Santiago, dijo que el cadáver conservaba el bebé y que Emely Peguero aparentemente habría sido estrangulada o degollada.