Shanghái. En contra de la tendencia mundial de poner fin a una de las fuentes más contaminantes del planeta, China ha reanudado la construcción de plantas de generación de energía a partir de carbón, denunciaron varias organizaciones medioambientales en un informe.
”“Una excepción evidente al declive mundial en el desarrollo de las plantas de carbón fue China, donde queda por resolver un exceso de permisos de 2014 a 2016”, apunta el informe ‘Boom and Bust 2019’.
Así, las ONGs aseguran que fotos satelitales tomadas en 2018 mostraron la construcción en curso de proyectos que previamente se habían suspendido en base a las restricciones del gobierno chino.
Según el observatorio de contaminación Global Carbon Project, China lidera la funesta nómina mundial de países más contaminantes, con 10.151 millones de toneladas de carbono emitidas en el año 2016, casi un tercio del total mundial.
En el informe publicado hoy por Greenpeace y por Global Energy Monitor y Sierra Club, se recuerda que el Consejo de Electricidad de China propuso recientemente que la potencia del carbón del país se limitara a 1.300 gigavatios en 2030, lo que permitiría al país aumentar su capacidad de energía de carbón en 290 GW por encima de los niveles actuales.
Esta cifra “permitiría agregar cientos de nuevas instalaciones de carbón, incluidas plantas que habían sido suspendidas bajo las restricciones del gobierno central”.
A nivel global, señalan las ONGs, el cese de actividad de las plantas de carbón continuó a un ritmo récord, liderado principalmente por Estados Unidos, a pesar de los esfuerzos de la administración presidida por Donald Trump para mantener estas plantas.
El carbón es un combustible fósil que se origina por la descomposición de materia vegetal acumulada y cubierta por agua en el fondo de pantanos, lagos o mares poco profundos. El proceso ocurre en ausencia de oxígeno y por la acción de bacterias anaerobias.