“Sin pena ni gloria” transcurrió el Día Nacional del Río Yaque del Norte el pasado martes 25 de este mes de julio, cuya fecha que fue dedicada a través del decreto 175-95, emitido por el entonces presidente de República Dominicana, doctor Joaquín Balaguer.
Al reflexionar sobre la situación del otrora caudaloso río, el Movimiento Periodístico Dos Generaciones afirma que, igual que todos los años, su celebración transcurre “sin pena ni gloria” al coincidir con las fiestas del Patrón Santiago, a pesar de que su estado cada vez más raquítico hace difícil cargar el fardo de mil formas de contaminación y agresiones que le reducen y ponen en riesgo su existencia.
El Movimiento Periodístico Dos Generaciones, que dirige el periodista Perfecto Martínez, recordó que declararle un día especial tenia por propósito preservar sus cuencas por tratarse de la fuente acuífera más importante con que cuenta el país, una tarea que con el paso de los años se aleja marcada y miserablemente de su meta.
Sostuvo que entre planes que vienen y van, promesas incumplidas y misiones de las que no pocos tienen dudas en cuestión de resultados, a lo largo de las últimas décadas y como consecuencia de varios factores, el Yaque del Norte exhibe un progresivo deterioro que cobra cuerpo desde el inicio hasta el final de su largo recorrido, aunque su cara más fea la obtiene a su paso por Santiago de los Caballeros.
“Y no es para menos, es justo en la Ciudad Corazón donde recibe la carga más despiadada e irresponsable de agentes contaminantes provenientes del vertido en su cauce, una acción criminal e impune derivada de las toneladas de desechos industriales, despojos de granjas agrícolas y porcinas, desforestación, extracción de materiales para la construcción, basura y aguas contaminadas provenientes de un coctel de cañadas que cruzan Santiago de los Caballeros”, enfatizó.
Agregó que el otrora “Yaque Dormilón” sigue arrastrando una triste cruz con mil formas de contaminación y agresiones, incluso en su cumpleaños número 27 cuando se suponía habría una celebración de país, un regocijo nacional por haberlo sacado de cuidado intensivo y dotarlo de una nueva vida.
“Si nosotros pudiéramos sanear el rio Yaque, sería una de nuestras metas, pero eso no depende directamente del gobierno local, sino de un esfuerzo voluntario, no solo de los ciudadanos, sino desde el Estado y también del sector privado, de que el río pueda volver a ser caudaloso como lo era en el pasado, un río limpio, libre de basura y contaminación”, afirma Dos Generaciones al memorizar palabras del síndico de Santiago hace unos días.
Y advirtió que “la situación tiende a agravarse más” por el hecho de que “al río le afectan cañadas que le aportan basura y contaminación”. Los ejemplos al respecto son críticos y palpables, aunque no todos tan crudos y vergonzosos como el nauseabundo saludo que se recibe a la entrada a la ciudad, desagradable “perfume” que expide la cañada que cruza cercano a la intercepción de la autopista Duarte con Rafael Vidal.