La decisión que adopte el Tribunal Superior Electoral (TSE) sobre las suspensiones y expulsiones en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), no sólo marcará a esa organización política, sino a ese organismo, a las demás altas cortes y la forma y el fondo de la oposición política en el país.
Es decir que de esa decisión, penden, en cierto orden, la institucionalidad en el país, además como se organizará y desarrollará la oposición política en los próximos años en el país. Dependerá de si el PRD será oposición o aliado del Gobierno en los procesos por venir.
Algo de Historia
Aunque muchos creen que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se convirtió en una organización de masas, que pasó de un partido pequeño a un Partido mayoritario en el 1996, cuan el Frente Patriótico, la realidad es que no fue así, sino antes o previo al 1990, cuando el PRD quedó dividido entre José Francisco Peña Gómez y Jacobo Majluta.
Un voto duro del PRD se distribuyó en el PRI y el Bloque Institucional que comandaban Jacobo y Peña, pero el grueso de la población no militante, que se consideraba anti balaguerista y quería salir de Joaquín Balaguer se a aglutinó en torno a Juan Bosch y el PLD que tenía mayores posibilidades de ganar las elecciones.
Eso convirtió al PLD en un partido de masas que ganó las elecciones en esa ocasión, aunque como recordarán, el fraude montado por Balaguer le permitió robarle las elecciones a Bosch.
Cunado vienen el proceso electoral del 1994, el PLD ya no era la opción de poder, sino el PRD que estaba unificado en torno a Peña Gómez, pero ya la entidad que lideraba el profesor Bosch era considerado un partido de masas. En ese entonces es cuando apareció el doctor Leonel Fernández como candidato a la vicepresidencia en la boleta del PLD y se da a conocer como tal, méritos que le servirían de plataforma para lanzarse dos años después a la presidencia.
De tal forma que buscar suprimir al PRD no elimina la oposición. Ella surgirá en cualquier otro partido o liderazgo y puede que más dinámica, más reflexiva y con más vínculos sociales.
Oposición después del fallo
Si como afirman sectores del PRD desde el Gobierno se le quiere regalar las siglas de ese Partido a Miguel vargas por sus servicios prestados en la pasada campaña electoral, el TSE fallará en esa dirección el Miguel tendrá las siglas y un partido con muchos cuartos, pero anímicamente débil y condenado a consumirse como ha ocurrido con el Partido Reformista.
Deben tener en claro que la oposición no se hace desde el Gobierno y su relación con este será tal que no podrá cautivar más que al grupo de arribistas que hace vida sobre el liderazgo corporativo que el sintetiza y anda tras una designación en el gobierno.
Pero el perredeista tradicional o natural deberá decidir una casa donde hacer oposición y deberá recomponerse esa oposición entono a un nuevo partido o un nuevo bloque de partidos.
Las decisiones que mueven el pensamiento y/o el sentimiento humano no se canalizan hacia donde alguien quiere, sino hacia donde el empuje natural de las circunstancia lo llevan. Es evidente que el sector de Miguel Vargas está en minoría precaria, que sus habilidades políticas son escasas y el dinero no hace líderes.
Golpe Institucional
En términos institucionales, el PRD estaría transitando un acelerado proceso de reducción que lo llevará a consumirse en su propia salsa. Pero el Tribunal Superior Electoral estaría marcando el camino del descalabro institucional. Nadie pensaría después de ahí, que esa Institución no es un tribunal de papelitos donde se hará lo que convenga a quien detenta el Poder y estaría sujeto a ser una de las demandas de Reforma Políticas en el país.
En ese orden, habría que señalar que las demás Altas Cortes, al ser integradas de las misma forma, estarían padeciendo en su imagen los mismos efectos del TSE, porque si ese organismo responde a esos estímulos, porque no haría los otros. ¿Por simple convicción personal de sus miembros?
No cabe duda que la misma estructura del sistema de partido tendría que recomponerse al calor de un nuevo ordenamiento político.
Un partido, como una iglesia o una institución social, no es una estructura física por elegante que sea. Un partido son sus miembros en tono el liderazgo que los conduce, de la misma forma que una Iglesia es un pueblo reunido en la fe en Dios.
El problema del PRD no es simple problema de candidatura ni Miguel e Hipólito. Es un problema de expectativas, de seres humanos capaces de tomar decisiones, sacar conclusiones y decidir en si mismo como y donde se organizan políticamente.