María Galeas (35), madre de dos niños, llevaba ocho años y medio trabajando. Tuvo un accidente de trabajo en 2014, por el que debió dejar algunos meses su empleo. Indicó que no fue su culpa y que nunca le pagaron por seguro de incapacidad. Hace dos semanas, justo cuando el médico le permitió volver a trabajar con limitaciones, en Ideal Snacks los empleadores le informaron.
“Me lo dijo en inglés un señor David, secretario de la oficina, pero el manager de todos se llama Marvin Cárdenas y es hondureño como yo”, dijo. Contó que luego nadie dio la cara, ni explicaciones. “Si nos hubieran reunido y explicado, la cosa sería distinta”.
Galeas manifestó que sus compañeros son padres de familia centroamericanos y mexicanos. Sobreviven con sus ahorros o con ayuda que reciben de organizaciones de caridad. Algunos consiguieron otros empleos peor remunerados.
Gonzalo Martínez (27) de la organización Justice Workers Center, con base enKingston, NY, lidera el grupo que este lunes planea marchar por la calle Main hasta la factoría, justo cuando sale el turno principal. La actividad empezará a las 4:30 p.m.
El asistente legal y activista considera que “muchos no quieren recuperar el trabajo, sino tener una compensación justa y que la compañía reconozca su abuso”. Dijo que algunos legisladores y otras organizaciones comunitarias han aceptado asistir a la marcha. La economía de la comunidad se ve afectada por esto. “Los comerciantes y los dueños de apartamentos han visto menos consumo o gente tarde con los arriendos”.
El argentino indicó que el despido masivo respondería al hecho de que el gigante alimenticio Kellogg’s recientemente compró Ideal Snacks e impuso condiciones sobre el personal. “Los abogados de la compañía dijeron que realizaron una auditoría a las formas I-9 que los empleados llenaron al ingresar, lo cual evidenció la situación de muchos”.
Martínez agregó que el dueño de la compañía, Zeke Alenick, aceptó hace pocos días conversar con Justice Workers Center. “Espero que sean conversaciones preliminares para destrabar los diálogos”.
Heriberto González, de la organización Ministerio Rural del Inmigrante basada enPoughkeepsie, NY, fue el primero en ayudar a los trabajadores. “Los echaron en grupos de a 15 y de a 20, durante varios días. La compañía no disminuyó la producción, pero se rumora que han contratado nueva gente, algunos indocumentados. Hay mucha desinformación”, señaló.
En el pasado, la compañía había amenazada a los trabajadores por no tener documentos. “Les infundían miedo de que iban a perder su trabajo por no tener papeles. Y mira lo que hacen”, manifestó González.
El Diario intentó sin éxito contactar a los administradores de Ideal Snacks vía telefónica y por correo electrónico.
También este rotativo hizo esfuerzos la tarde del viernes para contactar la oficina de relaciones públicas y prensa de los cuarteles generales del gigante alimenticio Kellogg’s en Michigan y tampoco obtuvo respuesta.
Según récords citados por el periódico local The River Reporter, en diciembre de 2012, Ideal Snacks asignó muchas patentes relacionadas con máquinas para hacer comestibles de Ideal a Kellogg’s.
Malos antecedentes
La compañía ha tenido una relación complicada con la comunidad, según reporta el mismo diario. Activistas han acusado a la compañía de maltratar a los empleados y realizar requisas a la entrada para asegurar que no carguen teléfonos celulares.
En un audiencia pública de 2008, Jen Fuentes, entonces presidenta de Workers Rights Law Center, dijo que su organización había recibido muchas quejas sobre Ideal, incluida sobre el poco tiempo a los empleados para usar el baño.
La compañía ha recibido muchos incentivos de tributarios a través de la Sullivan County Industrial Development Agency.