Rep. Dom. -Fuerzas de policía y de la agencia antinarcóticos local, acompañadas del ministerio público, intensificaron su campaña contra centros de drogas en esta ciudad, reportándose de cuatro allanamientos y la demolición de tres locales donde operaban puntos de mucha actividad.
Esos puntos funcionaban en los barrios El Maní, Los Cajuilitos, Santa Rosa y calle 5, en Pueblo Nuevo. Los primeros tres eran propiedad de unos individuos identificados como “Inkita”, “El Pesao” y “El Canalla”.
Ninguna de estas personas fue arrestada en la acción, pero se informó del apresamiento de otros que podrían tener vínculos con el negocio de la droga en esos puntos.
Desde principio de año esta ciudad ha sido sacudida con escándalos de drogas a raíz del asesinato del coronel, Daniel Ramos Álvarez el pasado día ocho, quien al momento de su muerte se encontraba frente a un punto de droga, a donde acudió para tratar de eliminarlo.
La expansión de la venta de estupefacientes ha llevado a las autoridades a iniciar una serie de operativos e investigaciones, llegando a determinar que mucha de la droga que se vende aquí es camuflada, compuesta con una mezcla de tiza y polvo para ratones, causando daños irreparables en la salud de los consumidores.
“Créase o no, la compra que los usuarios gestionan en pequeños puntos, calles o esquinas de la ciudad, ofertada y creyendo que es cocaína, lo que en verdad se está es una mezcla de sustancias: veneno para ratas -que ocasiona un efecto fuerte en el estómago-, maicena, talco, tiza, cal, azúcar blanca y de leche, aspirinas, o una mescolanza de drogas activas como la procaína, que es un tipo de anestesia de composición química, con un parecido a estimulantes como las anfetaminas”, indica un reportaje publicado hoy por Listín Diario.
La situación, además del grave riesgo a la salud, también tiene en un peligro latente a los ciudadanos que aquí hacen vida común.
“Desde que el narcotráfico encontró terreno propicio para esparcirse con todos sus efectos degradantes en la juventud de ese pueblo, en gran medida por la protección pagada de autoridades, Baní ha quedado sumida en un clima de peligros”, reseña el editorial de hoy del Listín.