WASHINGTON. Los líderes del partido Demócrata en el Congreso estadounidense cancelaron una reunión prevista para este martes con el presidente Donald Trump y centrada en el presupuesto federal, en un gesto que mantiene vivo el fantasma de un cierre del gobierno.
La drástica decisión de no comparecer a la reunión, adoptada por el senador Chuck Schumer y la representante Nancy Pelosi, fue adoptada después que Trump afirmara en un tuit que no veía posibilidades de llegar a un acuerdo con “Chuck y Nancy”.
“Dado que el presidente no ve chances de un acuerdo entre los Demócratas y la Casa Blanca, creemos que el mejor camino es continuar negociando con nuestros colegas Republicanos en el Congreso”, apuntaron los dos legisladores en una nota oficial.
Por eso, sugirieron una nueva ronda de diálogo con el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, y el presidente de la Cámara de Representantes, el también republicano Paul Ryan.
Schumer y Pelosi apuntaron que no tenían “tiempo para perder” en discusiones con Trump sin perspectiva de acuerdo.
Instantes más tardes, la vocera de la Casa Blanca, Sarah Sanders, dijo que era “decepcionante” que Schumer y Pelosi hayan optado por no comparecer a la reunión.
“La invitación del presidente a los líderes Demócratas se mantiene, y espera que ellos pongan de lado la mezquindad, abandonen gestos políticos grandilocuentes, vengan y se pongan a trabajar”, apuntó Sanders en una breve nota oficial.
Además, señaló la portavoz, Trump decidió mantener la reunión con la participación de McConnell y Ryan.
El tema central del encuentro era buscar un acuerdo entre la Casa Blanca y los líderes de la oposición demócrata que permita aprobar el presupuesto federal, ya que el actual vence el 8 de diciembre.
En su tuit de este martes, Trump sugirió que no estaba dispuesto a aceptar las presiones de la oposición de aumentar los recursos para proteger inmigrantes y ampliar servicios de salud como requisito para apoyar un nuevo presupuesto en el Congreso.
En su controvertido tuit, Trump apuntó que Schumer y Pelosi “quieren que los clandestinos sigan inundando nuestro país sin control, son flojos en el combate al crimen y quieren AUMENTAR sustancialmente los impuestos. No veo un acuerdo”.
El 8 de diciembre es la fecha límite para que gobierno y oposición alcancen un acuerdo sobre el presupuesto federal, o caso contrario la administración federal no tendrá otra salida que cerrar sus puertas.
Esto ocurrió por última vez entre el 1 y el 16 de octubre de 2013, durante el gobierno de Barack Obama, cuando los republicanos bloquearon un acuerdo en el Congreso por fondos para el sistema de salud Obamacare y no se aprobó un presupuesto.
Las oficinas públicas cerraron sus puertas, 850.000 empleados públicos fueron licenciados, y aproximadamente un millón tuvo que presentarse a trabajar sin percibir salario.
En esta oportunidad, el nudo de la discordia está en las agendas de los dos principales partidos en el Congreso para hallar un terreno común que permita la definición de un presupuesto.
Para la Casa Blanca y los republicanos, la prioridad es obtener algún tipo de compromiso de los demócratas para votar en el Senado la controvertida propuesta de reforma del tributario, una promesa de campaña de Trump y ya aprobada en la Cámara baja.
Los republicanos ostentan 52 de las 100 bancas del Senado, pero hay varios legisladores conservadores que no esconden sus reticencias a apoyar la reforma impositiva. Para estar seguro, la Casa Blanca precisa de algún tipo de compromiso de los demócratas.
En contrapartida, los demócratas quieren que el gobierno ofrezca algún tipo de estatuto a inmigrantes que llegaron a Estados Unidos siendo niños y lograron regularizar su situación mediante un programa, el DACA, adoptado durante el gobierno de Obama.
Trump decidió no renovar ese programa, en un gesto que dejó centenas de miles de inmigrantes regularizados en un limbo jurídico, y dio al Congreso seis meses para hallar una solución para esa comunidad.
Este martes, Trump incluso se trasladó personalmente al Congreso para reuniones con legisladores, en una tentativa de impulsar la reforma impositiva que desea sancionar con su firma antes del fin de año.
Mientras la comitiva de Trump se aproximaba del Congreso, Schumer pronunció un discurso en el Senado alegando que la propuesta de reforma del sistema tributario es apenas una reducción de impuestos a los más ricos.