La reciente suspensión de Monseñor Ozoria por temas administrativos, aunque distinta en naturaleza, se suma a la percepción de una Iglesia en la República Dominicana que enfrenta serios desafíos internos.
El caso más notorio de los últimos años fue el de Józef Wesołowski, un exnuncio apostólico de origen polaco.
En 2013, Wesołowski fue destituido y posteriormente expulsado del estado clerical tras ser acusado de abuso sexual de menores en la República Dominicana.
Este suceso abrió una caja de pandora, generando un mayor escrutinio sobre cómo la Iglesia maneja las denuncias contra sus miembros.
Desde entonces, el clero dominicano se ha visto envuelto en situaciones críticas que van desde denuncias de abusos hasta controversias por la gestión de fondos y la vida de algunos religiosos.
El caso de Monseñor Józef Wesołowski fue un escándalo sísmico que rompió el protocolo diplomático y judicial del Vaticano, marcando un antes y un después en la forma en que la Santa Sede manejó los casos de pederastia, especialmente en República Dominicana.
Wesołowski, de origen polaco, fue nombrado Nuncio Apostólico (embajador del Vaticano) en la República Dominicana el 24 de enero de 2008.
Su rol era representar al Papa y mantener relaciones diplomáticas con el Estado dominicano.
Durante su periodo como nuncio, Wesołowski abusó sexualmente de menores de edad, en su mayoría niños lustrabotas o de la calle, a quienes presuntamente contactaba en áreas como el Malecón de Santo Domingo.
Se le acusaba de ofrecer dinero y otros favores a cambio de actos sexuales. Algunos menores y personas del área se referían a él como “el italiano” por su acento.
El caso salió a la luz pública gracias a un reportaje de investigación periodística en la República Dominicana. Este reportaje presentó testimonios directos de las presuntas víctimas y grabaciones que respaldaban las denuncias.
El escándalo causó una conmoción inmediata. El Papa Francisco actuó con una celeridad sin precedentes.
A principios de agosto de 2013, Wesołowski fue obligado a renunciar y dimitir de su cargo. Salió del país caribeño poco antes de que las denuncias se hicieran completamente públicas.
Proceso canónico y penal histórico
Tras su salida de República Dominicana, Wesołowski regresó a Roma. La Congregación para la Doctrina de la Fe (el organismo vaticano encargado de juzgar los delitos más graves, incluida la pederastia clerical) inició un proceso canónico en su contra.
El proceso canónico de primera instancia culminó con una sentencia de secularización (expulsión del estado clerical).
Esta es la pena máxima para un prelado bajo el derecho canónico, despojándolo de todos sus derechos y deberes como sacerdote y obispo.
Por primera vez en la historia moderna del Vaticano, la Santa Sede decidió ir más allá del derecho canónico e iniciar un juicio penal en el Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Wesołowski fue acusado de abuso sexual de menores y posesión de pornografía infantil.
Debido a la gravedad de los cargos y para evitar una posible fuga, el Vaticano ordenó su arresto domiciliario en una residencia del Vaticano.
El juicio penal en el Vaticano se programó para iniciar a mediados de 2015. Antes de que pudiera enfrentar el juicio penal, Monseñor Józef Wesołowski fue encontrado muerto en su residencia en el Vaticano el 27 de agosto de 2015, a la edad de 67 años.
Causa de Muerte
La autopsia confirmó que la muerte se produjo por causas naturales, específicamente un ataque cardíaco, poniendo un abrupto final al proceso judicial.
El caso Wesołowski fue visto como una señal clara del compromiso del Papa Francisco con la tolerancia cero ante los abusos, al ser el primer exembajador papal arrestado y juzgado bajo la ley penal del Vaticano.
También puso en relieve la necesidad de una cooperación internacional en la justicia eclesiástica, pues el Estado dominicano había solicitado su extradición.




