WASHINGTON.- El déficit comercial de Estados Unidos alcanzó su mayor nivel en casi cinco años en enero debido a la masiva entrada de productos chinos como los teléfonos celulares.
La cifra subraya el desafío que tendrá el presidente Donald Trump para cumplir su promesa de reducir el déficit comercial estadounidense.
El déficit en enero aumentó en 9,6% a 48.500 millones de dólares comparado con 44.300 millones en diciembre, informó el martes el Departamento del Comercio. Es el mayor desequilibrio desde los 50.200 millones alcanzados en marzo de 2012.
Las exportaciones estadounidenses aumentaron levemente, en 0,6% a 192.100 millones de dólares, gracias a las ventas de vehículos. Pero ello no pudo competir con un aumento de 2,3% en las importaciones, para un total de 240.600 millones, debido a rubros como teléfonos móviles, petróleo y automóviles extranjeros.
Durante la campaña electoral, Trump prometió reducir el déficit comercial estadounidense, al que culpó por la pérdida de empleos.
El presidente ha amenazado con imponer aranceles sobre productos de China, México y otras naciones a las que acusa de prácticas comerciales indebidas. Pero muchos economistas temen que ese tipo de medidas provoquen una guerra comercial en que las demás naciones tomarían represalias al imponerle aranceles adicionales a los productos estadounidenses.
El asesor comercial de la Casa Blanca Peter Navarro, un crítico de las políticas comerciales de China, dijo el lunes en una conferencia de economistas que reducir el déficit comercial mejorará la seguridad nacional y el crecimiento económico.
Para enero, el déficit comercial estadounidense con China aumentó 12,8% a 31.300 millones de dólares, su mayor nivel desde septiembre. Ello se debió principalmente a un aumento en las importaciones de teléfonos celulares, ropa, televisores, juguetes y juegos.
Los exportadores estadounidenses han sufrido dificultades en años recientes debido a la fortaleza del dólar, que hace sus productos más caros y por lo tanto menos competitivos en el exterior.
Los economistas creen que si el dólar se estabiliza este año, las exportaciones podrían recuperarse, lo que reflejaría un mayor crecimiento económico en los países que compran los productos estadounidenses.