Los padres y profesores de Oklahoma permancecen en los solares arrasados a la espera de recibir noticias de los niños sepultados por los escombros. Van peinando la zona gritando el nombre de los menores con la esperanza de recibir alguna respuesta a su llamada. Aún están a tiempo de encontrar con vida a muchas personas que permanecen debajo de las ruinas que ha provocado el devastador tornado.
Muchos padres ya han podido abrazar a sus hijos tras el desastre, pero quedan muchos que permanecen a la espera. La incertidumbre les traslada a una agonía que les hace tenemerse lo peor. La iglesia de la localidad ha sido establecida como el punto de encuentro para aquellos niños que aún no han localizado a sus padres o hermanos.
Entre las víctimas mortales hay, al menos, 20 menores de edad. El tornado pasó por encima de una escuela elemental y redujo a escombros varios bloques de viviendas que se encontraban cerca del lugar en el que estudiaban los niños. Las autoridades han comunicado que el número de víctimas menores de edad podría llegar a las 40 personas.
Wallace pudo reencontrarse con su hija de 16 años. La pequeña saltó a los brazos de su madre en cuanto pudo. Sharp no ha tenido tanta suerte. Su hija de 17 años sigue desaparecida. La niña es epiléptica y Sharp tiene miedo de que no se hubiese tomado la medicina. “No sé dónde está” declaró a los medios locales. Ya se ha puesto en contacto con las autoridades para que le avisen en cuanto haya la más mínima información sobre su hija.
Shelli Smith tuvo que recorrer varios kilómetros para encontrar a sus hijos. A su llegada pudo ver a su hija Tiauna, de 14 años, pero sigue sin encontrarse con su otro hijo, al que no ha vuelto a ver desde que le dejó el lunes por la mañana en el colegio. El teléfono del pequeño se quedó sin conexión tras el desastre, pero consiguió acceder a un teléfono del colegio para decir a su madre dónde se encontraba. La gran cantidad de escombros que bloquea las carreteras hizo que Shelli tuviese que esperar tres horas para poder abrazar a sus dos hijos. El largo camino que les espera para llegar a casa es lo que menos les preocupa. “Estuve buscando a mi hijo y no podía encontrarle. Sabía que iba a encontrarme con él” comentó Shelli poco después.
Renee Lee se encuentra en la complicada situación de los padres que tienen varios hijos. Tienen que buscar a los niños que aún no han aparecido mientras calman a aquellos pequeños que ya han podido encontrar. Lee tiene dos hijas, de 16 y 8 años. Cuando comenzó la tormenta Lee salió a buscar a su hija mayor al colegio, pero recibió una llamada en la que le decía que se encontraba a salvo en en un instituto de la localidad. En declaraciones a la prensa reconoció que “sabía lo que tenía que hacer en situaciones como ésta. Es parte de vivir aquí”.