Fue el propio Dawin José Trinidad, imputado por el caso de la desaparición de la menor Carla Massiel Cabrera, quien personalmente condujo a las autoridades al lugar donde hace una semana aparecieron restos humanos, entre ellos un cráneo envuelto en las ropas que tenía puesta la niña el 25 de junio de 2015.
El imputado condujo a un personal investigativo del ministerio público que se hizo acompañar de un experto en antropología del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), al sitio del sector denominado La Guáyiga, municipio de Pedro Brand, donde luego de una excavación hallaron los restos que se presume pertenecen a Carla, por las ropas.
Según fuentes bien enteradas de la investigación, el imputado Dawin Trinidad habría decidido cooperar con las autoridades revelando el paradero de la niña a cambio de una indulgencia penal. No se ha establecido si esta negociación ha sido formalizada por vía de la fiscalía de la Provincia de Santo Domingo, a cargo de Olga Diná Llaverias.
La fiscal estuvo el sábado cerca del lugar donde aparecieron los restos, al parecer, bajo la sospecha de que en el área pudieran haber otros cuerpos ocultos. Por tal razón, se hizo auxiliar en esa ocasión por técnicos del Inacif e investigadores del Departamento de Investigaciones Criminales de la Policía (Dicrim).
Luego de iniciar su cooperación con las autoridades para esclarecer el caso, el imputado Dawin Trinidad fue trasladado de su celda, en el sector Los Galpones, a la sección Alaska, de la Penitenciaria Nacional de La Victoria, para darle mayor protección a su vida.
Buscando más restos
Los investigadores del caso de la niña Carla Massiel Cabrera tienen elevadas sospechas de que en el perímetro donde fueron encontrados los restos que se cree pertenecen a la pequeña podrían haber otros cuerpos enterrados.
El portavoz de la Policía Nacional, general Nelson Rosario, había informado que el descenso efectuado el sábado pasado cerca de la vivienda familiar de la pequeña Carla Massiel era “para descartar que aparezcan otros cadáveres de otros casos que estén pendientes de resolver”.
“En la continuación del proceso de perseguimiento a los casos, ayer continuaron porque se quiere descartar que haya otros hechos; que aparezcan cadáveres de otros casos que estén pendientes de resolver”, agregó.
Presos por el hecho
Juan Cabral Martínez (a) Chuti y Dawin Trinidad Infante fueron identificados por una menor y un adulto, de ser quienes raptaron a Carla Massiel.
Según el expediente del ministerio público referente a ese caso, una menor de 8 años de edad manifestó que vio a Carla con una mano agarrada, sangre en la nariz y la frente, corriéndole a un hombre que ella identificaba con dos estrellas en los brazos. Posteriormente, la menor identificó a ‘Chuti’ como la persona que perseguía a la pequeña. El otro testigo reveló que el mismo día de la desaparición de la niña pudo ver a dos personas que montaron a la niña en una motocicleta. Tras presentársele fotografías de los imputados pudo identificar a Dawin José Trinidad Infante, como la persona que tenía la pistola en la mano, agarró a la menor y la subió a la moto.
RONALD CASTILLO (EL FLACO)
Amparo Infante y José Trinidad, padres de Dawin José Trinidad Infante, vincularon a Ronald Castillo (a) “El Flaco” en el caso de la niña Carla. Este individuo fue abatido el 9 de noviembre de 2015 durante un enfrentamiento con la Policía por haber robado un vehículo con un niño dentro.
José Infante reveló a Listín Diario, que “el mismo día que se desapareció la niña, El Flaco, supuestamente, andaba ahí en una guagua de doble cabina, roja, y de ahí pa’lante más nunca volvió a entrar desde que desapareció esa muchacha”.
Además, el padre del imputado señaló que éste iba con frecuencia a una finca cercana a la localidad, propiedad de un médico que también falleció el año pasado. Según el informe policial, Castillo fue abatido, junto a un cabo de la institución, cuando se disponía a robar una yipeta, en cuyo interior había un niño de cuatro años, que posteriormente fue rescatado.
Informaciones preliminares revelaron que alrededor de las 7:30 de la noche de aquel día, el sargento mayor Joel Guerrero Medina, padre del niño de 4 años, llegó a la Barbería Sandy y Deivi, ubicada en la calle José Rojas, de San Pedro de Macorís, a bordo de la referida yipeta, en compañía del cabo Martínez García, hoy occiso, su esposa Monción de Guerrero y el hijo de ambos.
Guerrero Medina narró que estando dentro de la barbería escuchó una detonación y de inmediato salió, percatándose que desconocidos robaban el vehículo, originándose un intercambio de disparos.