David Ortiz está felizmente retirado del béisbol y, a pesar de los rumores, no planea cambiar la decisión que estudió por dos años antes de anunciarla en noviembre del 2015.
“Mi tiempo de jugador ya caducó”, dijo Ortiz a ESPN Digital en Santo Domingo. El toletero de 41 años indicó que por primera vez en más de dos décadas, no se está preparando físicamente para jugar béisbol.
“El béisbol no es algo que tú despiertas hoy y dices ´jugaré mañana´. El béisbol es algo que lleva mucho sacrificio, mucha preparación. Hay una razón por la que nosotros entrenamos el año entero para jugarlo, practicamos todos los días, especialmente durante la temporada, porque es un deporte de consistencia”, agregó.
El bateador designado de los Medias Rojas de Boston bateó .315 con 38 jonrones y lideró la Liga Americana en dobles (48), carreras impulsadas (127), slugging (.620) y OPS (1,021) en el 2016, cuando fue homenajeado por toda la industria en su última temporada en las Grandes Ligas.
David Ortiz tuvo una última temporada histórica en el 2016 fue homenajeado por toda la industria en su última temporada en las Grandes Ligas.
El “Big Papi” dominicano ganó su octavo premio de Bateador Designado del Año, su segundo Premio Hank Aaron y quedó sexto en la carrera por el Jugador Más Valioso, en una temporada en la que fue convocado al Juego de Estrellas por décima ocasión en 20 años de carrera.
Debido a sus grandiosas estadísticas, muchos aficionados, sobretodo de Boston y República Dominicana, anhelan un regreso de “Big Papi” al terreno, ya sea para jugar otro año con los Medias Rojas o para representar a su país en el Clásico Mundial de Béisbol. Ortiz, sin embargo, trabaja para adaptarse a su nueva vida de pelotero retirado.
“Estoy en eso, estoy en eso. Es temprano todavía, pero estoy en el proceso”, dijo Ortiz , quien bateó .286 con 541 jonrones, 632 dobles y 1,768 carreras impulsadas con Boston y Minnesota y ganó tres coronas de la Serie Mundial.
Ortiz no se atreve a escoger un compatriota en particular para que tome la antorcha como figura principal de un país que ha aportado más de 650 jugadores a las Grandes Ligas desde 1956 y que en el 2016 tuvo a 134 en los rosters de los 30 clubes.
“Es un proceso, no es algo que pasa de la noche a la mañana. Hay muchos que están haciendo buen trabajo y se están destacando, pero necesitan seguir ganando experiencia y haciendo bien las cosas, dentro y fuera del terreno”, dijo Ortiz.