La reelección del Presidente Danilo Medina no depende de él y sus allegados sino de la población que valora sus ejecutorias y expresa su preferencia políticas frente a los gobiernos pasados.
La voloración del mandatario, la más alta de gobernante alguno en el país y probablemente en América Latina deja en claro que la población está plenamente identificada con el mandatario y su gestión.
Medina a impuesto un estilo de gobernar y su gestión se caracteriza, además por el impulso a los pequeños y medianos sectores productivos (PYMES) agroindustria y productores.
En ese sentido se resaltan los concurso de obras a las que acceden los profesionales y pequeñas empresas de la cosngtrucción, la reorientación de la publicidad estatal a la que por primera vez accesan los pequeños medios, las visitas sorpresas a productores son fieles ejemplos del nuevo estilo.
Completan este estilo, los esfuerzos en la transparencias a través de las veedurías, el apoyo a la agricultura, y su más destacada acción, la Revolución Educativa que habrá de cambiar para siempre la sociedad dominicana desde sus simientos mismos.
La gestión del Presidente Danilo Medina se caracteriza, además por una mejor distribución de los recursos del Estado, contrario a lo que se caracterizó la gestión anterior que concentró más del 80% en Santo Domingo en destrimento de las restantes provincias.
En ese orden, el manejo responsable del gasto publico y la reducción del déficit del Estado han marcado la gran diferencia para miles de dominicanos. Todo esto, ha estado acompañado del crecimiento de la economía en medio de las turbulencias internmacionales, la crisis europea y, el faldo del déficit fiscal heredado del pasado gobierno.
Frente a todo este panorama y lo que supone la vuelta al pasado, muchos sectores de la población y la sociedad civil se plantean el dilema de la continuidad y profundización de este modelo o la vuelta al pasado que todos conocemos.
El presidente Medina como todo buen hombre publico se debe a su pueblo y debe escuchar al pueblo frente al dilema que le atormenta.
Por eso muchos de sus allegados ha dicho que la decisión de continuar o no es del pueblo y que el mandatario tendría que sopesarlo si el pueblo mayoritario se lo pide.
El mandatario tendría que escucharlo porque todo lo que es su modelo sería descontinuado o abandonado si se produjdera el retorno al pasado.