SAN TO DOMINGO, República Dominicana.-Sin un acuerdo previo entre el presidente Danilo Medina y el expresidente Leonel Fernández no habrá hoy definición de la candidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana, a menos que se quiera correr el riesgo de la división, lo que tratará de impedir la mayoría de sus dirigentes.
Aunque los reeleccionistas llegan a la reunión con la ventaja de la aprobación que registra el mandatario y la que agrega el poder, para un Leonel a la defensiva, la situación es de ser o no ser y, atrincherado en su fuerza congresual, no luce dispuesto a ceder el poder acumulado que le ha permitido compararse con Aníbal, Moisés, Buda y Jesucristo.
Intensas mediaciones
La semana se llevaban a cabo intensas labores de mediación en búsqueda de un encuentro entre los dos líderes peledeístas para garantizar que no se profundicen sus diferencias en la reunión del Comité Político pautada para este domingo 19 de abril. El secretario general Reinaldo Pared Pérez anunció el martes que gestionaba una reunión Danilo-Leonel, con tanta dedicación que suspendía sus actividades como precandidato presidencial, convencido de que “lo ideal es que ellos puedan conversar previamente para que puedan tantear diversas alternativas que pudieran presentarse”.
Es obvio que el expresidente Fernández está dispuesto a jugárselas todas en la defensa del entramado de poder que se le permitió construir utilizando a su antojo todo el poder del Estado en sus últimos ocho años de gobierno
Luego trascendió que el influyente consultor jurídico en los gobiernos peledeístas César Pina Toribio, y el exsecretario general del partido, Lidio Cadet, también trataban de reunir a sus líderes. Al primero se le señala como inclinado al expresidente y al segundo con el actual mandatario, pero ambos fundadores del partido y con experiencia política.
Se dijo que los dos mostraban poca disposición al encuentro, ya que ninguno estaba en actitud de apoyar al otro, lo que lleva a descartar que este domingo se adopte una decisión definitiva sobre si se procede a convocar la asamblea nacional para modificar la Constitución y abrir espacio a la posibilidad de una repostulación del presidente Medina. Se ha detectado actitudes radicales en ambos sectores involucrados en la lucha por el poder político y administrativo nacional.
Función del Comité Central
Según los estatutos del PLD correspondería al Comité Central adoptar una decisión de la trascendencia de modificar la Constitución de la República. Su artículo 13 dice que “es la dirección e instancia superior del Partido después del Congreso Nacional. En tanto el artículo 19 define al Comité Político como “el organismo ejecutivo del Comité Central”. Tradicionalmente éste ha bajado las líneas a seguir por sus legisladores en cuanto a leyes y resoluciones, pero también el Comité Central ha sido la instancia que aprueba las precandidaturas que se propone al congreso elector.
En las últimas semanas danilistas y leonelistas han estado exhibiendo fuerzas de cara a la reunión del Comité Político que dejaría abierta la formalización de las precandidaturas presidenciales. El domingo Fernández reunió miles de dirigentes y activistas de todo el país presentados como integrantes de sus equipos de campaña, incluyendo a 17 senadores y unos 60 diputados, que constituyen más de la mitad de los 131 legisladores peledeístas, su mayor fortaleza. Se dijo que también tiene apoyo de 320 miembros del Comité Central, aproximadamente la mitad. El impacto de esta demostración fue reducido al día siguiente con la reaparición en los medios de comunicación del convicto narcotraficante Quirino Paulino Castillo, quien asegura haber financiado al expresidente constituyéndose en un terrible contradictor.
Los reeleccionistas terminaron la semana a la ofensiva después que los demás aspirantes a la candidatura presidencial concluyeron un ciclo de expresiones de su disposición a respaldar la reforma constitucional si el presidente Medina decide buscar la repostulación. El último en plantearlo fue Francisco Javier. Antes lo habían expresado abiertamente Temístocles Montás y Radhamés Segura y más discretamente Reindaldo Pared. Esta disposición marca la creciente convicción peledeísta de que el presidente es quien más les garantiza seguir en el poder, sobre todo a la luz del rechazo que sufre Leonel. También se puede interpretar como búsqueda de apoyo presidencial para lo que algunos preconizan como una solución alternativa de la confrontación con un tercer aspirante para garantizar la unidad.
Los riesgos de división
Los danilistas estarán en clara ventaja en la reunión del Comité Político, donde se les atribuye 25 de los 35 miembros, pero la posición radical de los leonelistas con el control de más de la mitad de los legisladores del partido, desaconseja una imposición que sería cuestionada en el organismo superior, el Comité Central, y abriría las puertas a la división, algo que el presidente Medina no está dispuesto a cargar, como la mayoría de los dirigentes, acostumbrados a “soluciones de consenso”.
Una ventaja de Leonel es que nada le impide ser candidato y sí a Danilo, la Constitución que ellos mismos aprobaron hace cinco años. Se ha dicho que los senadores y diputados leonelistas firmaron un “pacto de honor” comprometiéndose a no apoyar una reforma de la Constitución para viabilizar la reelección consecutiva. La estrategia del expresidente ha sido plantarse en el medio exhibiendo la fuerza que lo respalda, mientras el presidente Medina sigue sin manifestar si aspira a continuar en el poder, algo que cada vez parece más obvio. Algunos de sus seguidores que dudaban de su disposición, ya reconocen que “el hombre ha cedido a la tentación”, aún contradiciendo afirmaciones previas.
La ofensiva leonelistas es tan firme que ha incluido sendos recursos preventivos ante el Tribunal Superior Electoral y el Tribunal Superior Administrativo para que el primero declare improcedente que un organismo le imponga línea a los legisladores y para que establezca que la reforma constitucional para la reelección requiere de referendo aprobatorio, como dijo hace par de meses el presidente de la Junta Central Electoral. Los recursos, conocidos el viernes, fueron aplazados para los próximos días, con el riesgo de que la confrontación se extienda a esas instituciones.
Opciones del Comité Político
La mayoría danilista del organismo quisiera iniciar el proceso de reforma constitucional, pero consciente de los riesgos de ruptura de la unidad, esperaría a ver si se deteriora más la posición de Leonel en el espectro político nacional, donde prosiguen las manifestaciones contra la corrupción que este y sus principales financiadores encarnan. La minoría aduciría que esa es una decisión de los organismos deliberativos, Comité Central o Congreso del partido, por lo que se espera que no habrá resolución definitiva.
Ambos sectores esperarían los resultados de la convención eleccionaria del candidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM), programada para el próximo domingo 26, que aparece en todas las encuestas como la principal alternativa política de cara a los comicios del próximo año. Si el proyecto sustitutivo de la fuerza del viejo Partido Revolucionario Dominicano, pasa su primer desafío eleccionario sin traumas, obligaría a un mayor cuidado de la unidad peledeísta, pero también fortalecería el “camino seguro del reelecionismo”, sobre todo si eligen candidato a Luis Abinader, quien aparece con mayores posibilidades de encarnar un frente amplio contra Leonel. Si en el PRM hay conflictos, y si escoge a Hipólito Mejía, los leonelistas que lo subestiman, endurecerán su posición sobre la base de que “cualquiera gana”.
El aplazamiento del conflicto podría implicar el inicio del proceso de presentación de precandidaturas, que tendrían que ser ratificadas por el Comité Central, y entonces discutir allí la procedencia o no de la reforma constitucional. Entre tanto el poder presidencial podría ganar mayor apoyo, sobre todo si prosigue el deterioro de la imagen de Fernández, con la creciente generalización de protestas de rechazo a la corrupción.
Leonel se las juega todas
Es obvio que el expresidente Fernández está dispuesto a jugárselas todas en la defensa del entramado de poder que se le permitió construir utilizando a su antojo todo el poder del Estado en sus últimos ocho años de gobierno. Esto es el control del partido, de las cámaras legislativas, las altas cortes y la Junta Central Electoral. Leonel, quien ha proyectado su dominio político hasta el bicentenario de la República en el 2044, y sus seguidores más comprometidos se sienten obligados a defender su poder como cuestión de vida o muerte política. Cada vez más el expresidente se proyecta insustituible, tras haberse comparado con personajes históricos como Aníbal, Moisés, Buda y Jesucristo.
Entienden que si aún con el poder que representan, se les han abierto procesos de persecución judicial, como los que tienen pendientes en la Suprema Corte “sus dos mayores alcancías”, Félix Bautista y Díaz Rúa, no estarían para nada seguros si se rinden sobre la base de que “apestan políticamente”.
Como el presidente Medina no juega con cartas boca arriba, dudan que vaya a romper el consenso que los ha mantenido en el poder. De ahí que el discurso de Fernández en su acto del domingo pasado fue enfático en proclamar la unidad partidaria como base de su poder, y proclamó que se sentía estremecido tanto apoyo, “y llegué a la inequívoca e irrefutable conclusión de que hoy aquí se selló el próximo triunfo electoral del PLD”.-