Nueva York.- La nueva revelación de un plomero que supuestamente confesó haber realizado una instalación paralela a la tubería que suministraba el servicio de gas en el edificio siniestrado en el East Village, y que pudo haber sido la causa de la explosión del mes pasado, reenfocaría la investigación como un caso criminal.
Según lo reportó este lunes el New York Post, la confesión de un plomero a quien no se identificó y que habría dicho que obedecía órdenes del hijo de la dueña del edificio 121 de la Segunda avenida, el lugar en donde se originó la explosión del 26 de marzo que dejó dos muertos, podría conducir a las autoridades a descubrir la verdadera causa de la tragedia.
Pero a pesar de estos descubrimientos, familiares de las víctimas no han querido adelantar qué acciones tomarán, hasta que entierren a sus seres queridos. “Lo único que quiero es que se haga justicia”, dijo Ana Lanza, madre de Nicholas Figueroa (23), durante el velatorio que se realizó este lunes en la tarde en la funeraria Ortiz en el Alto Manhattan, donde se encontraba acompañada por su esposo y sus otros tres hijos.
“Tenía un buen corazón, poseía un espíritu de ayuda y por eso quería ser policía”, recordó la mujer. Su hijo fue una de las dos personas que murieron en el siniestro. Su sepelio se realizará el martes.
Rodeado de amigos
Al velatorio de Figueroa acudió una nutrida concurrencia para darle el último adiós. El cuerpo del joven vestido de color blanco yacía en un féretro de madera café que fue expuesto con la tapa abierta. A un lado de la pared, se proyectaban diapositivas con imágenes desde que el joven era muy pequeño pasando por diversas etapas de su vida.
“Tu vida, tu sonrisa y tu espíritu siempre permanecerán entre nosotros”, dijo con voz emocionada Gisela Hernández, amiga de Figueroa.
Durante el velorio un grupo de 20 jóvenes pertenecientes a la tropa 735 de los Boys Scouts de América, del capítulo del Alto Manhattan, le rindieron los honores respectivos a Figueroa, quien perteneció al grupo por 10 años y que llegó al alto rango de Eagle.
Luis Benítez, director de los Boys Scout y quien fuera director de la tropa donde estuvo Figueroa dijo a los presentes que la pérdida de un ser querido es dolorosa, pero tiene que recordarse por las grandes cosas con las que contribuyó. “Solía estar muy involucrado en todo lo que fuera servir al prójimo”.
El joven, quien se había graduado en diciembre pasado de la Universidad del Estado de Nueva York, en Ciencia Forenses, fue el primero de los dos hombres que fueron reportados perdidos tras el estallido y su cuerpo fue el primero que se recuperó de entre los escombros tres días después.
El residente en El Barrio había ido a comer con una chica al restaurante Sushi Park, el lugar en donde se originó la explosión.
Desde el comienzo, la investigación sobre la explosión se centró en la sospecha de los peritos de que se trató de una conexión ilegal que había en el edificio y que se removió antes de una inspección de ConEd y luego se reconectó 30 minutos después de la visita de la compañía de gas y antes de la explosión.
De la otra víctima, Moisés Locon, se supo que su familia está preparando el trasladado de su cuerpo para su natal Guatemala.
Hasta el momento ninguno de los entes que intervienen en la investigación, como varias agencias de la Ciudad, la Policía, Bomberos y la Fiscalía de Manhattan, se han pronunciado sobre las pesquisas del siniestro y las revelaciones del plomero.