SAO PAULO. El cumplimiento normativo bajo los estándares internacionales y la trayectoria empresarial son algunas de las apuestas de la constructora brasileña Odebrecht para sobreponerse al impacto de los escándalos de corrupción que salpicaron a la compañía, señaló hoy un alto ejecutivo del grupo.
“Estamos implementando una mejoría significativa de controles bajo los estándares mundiales que nos permitirán grandes cambios amparados en las normas globales”, señaló a EFE Michael Munro, vicepresidente de Cumplimiento Normativo de Odebrecht Engenharia e Construção.
El ejecutivo estadounidense, que llegó al grupo en 2016 para ofrecer su experiencia de 25 años en “compilance” (cumplimiento normativo) en el momento más crítico de la compañía, dijo que la empresa admitió errores, se comprometió con acuerdos y debe satisfacción a una “gran lista” de clientes, bancos y gobiernos.
“Vamos a hacer las cosas acertadamente, con normas eficaces y anticorrupción, sin descuidar el ambiente de seguridad y sano de nuestros empleados”, resaltó Munro, quien rinde cuentas directamente al Comité de Conformidad de la compañía y no al presidente de turno ni al Consejo de Administración.
Odebrecht suscribió con la Justicia brasileña acuerdos de cooperación a cambio de reducciones en las condenas de 77 de sus ejecutivos, quienes aceptaron confesar sobre casos de corrupción en la constructora.
Las confesiones permitieron a Brasil abrir decenas de investigaciones sobre la participación de Odebrecht en la financiación ilegal de campañas electorales, en el pago de sobornos a autoridades para obtener contratos de obras públicas y en operaciones financieras irregulares.
La dimensión internacional del escándalo se conoció a fines del 2016 cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos, con el que Odebrecht también suscribió un acuerdo, reveló que la constructora había admitido que pagó 788 millones de dólares en sobornos en doce países de Latinoamérica y África, incluido Brasil.
Para Munro, muchas empresas no siguieron el cumplimiento normativo en Brasil, en otros países de Latinoamérica y en muchos lugares del mundo, pero no es tarde para implementar “un modelo y ejemplo de seguridad, con normas ambientales, y por eso estamos comprometidos a tener un gran modelo con un programa específico y positivo”.
En ese sentido, desde que comenzó su desafío para el mejoramiento de la imagen institucional de la constructora y recuperar la confianza externa de la misma, el ejecutivo puso en marcha una serie de directrices internas basadas en principios éticos y en el que “la comunicación forma parte del entrenamiento”.
Ese entrenamiento, explicó el ejecutivo, fue adoptado de acuerdo a las condiciones locales en cada uno de los países en los que actúa la compañía, con el objetivo de “conseguir un ‘feedback’, una comunicación de dos vías” y por eso también la apuesta es en “inversiones para las comunicaciones”.