SAO PAULO. Cuatro personas murieron y un niño resultó herido de bala en diferentes incidentes registrados en las últimas horas en la ciudad de Mossoró, en el estado brasileño de Río Grande do Norte, donde los policías empezaron una huelga esta semana en demanda de salarios atrasados, informaron hoy fuentes oficiales.
Las víctimas fueron dos mujeres, un adolescente, un hombre y el hijo pequeño de este último, cuya vida al parecer no corre peligro y actualmente está ingresado en un hospital de la zona, según la Policía Militar.
Los homicidios ocurrieron entre la noche del viernes y la madrugada de este sábado, y hasta el momento ningún sospechoso ha sido detenido.
Las mujeres estaban en la calle cuando fueron tiroteadas por un grupo, mientras que el hombre murió en el acto durante un asalto a su domicilio en el que su hijo resultó herido de bala.
El adolescente, que el próximo mes iba a cumplir 18 años, también fue víctima de unos criminales que llegaron hasta su casa y le dispararon.
Por las calles de Mossoró, la segunda ciudad más grande del norteño estado de Río Grande do Norte, apenas patrullan el treinta por ciento de los efectivos policiales debido a la huelga que comenzó el pasado martes en toda la región, según dijo el coronel Eliause Moreira, comandante de la Policía Militar, citado por el portal G1.
El resto de los agentes, así como el Cuerpo de Bomberos, está en huelga para protestar por la falta de estructura del cuerpo y el retraso en el pago de los salarios.
En Natal, la capital regional, se han registrado en los últimos días saqueos en al menos cinco grandes comercios y el robo de unos cuarenta vehículos.
Ante la crisis de seguridad, el gobernador de Río Grande do Norte, Robinson Faria, pidió refuerzos al ministro de Justicia, Torquato Jardim, y al de Defensa, Raúl Jungmann.
El Gobierno brasileño atendió la solicitud y envió a setenta miembros de la Fuerza Nacional de Seguridad Pública, integrada por policías de elite de los diferentes estados del país.
Río Grande do Norte ya contaba con la presencia de miembros de la Fuerza Nacional debido a que el Gobierno decidió reforzar la seguridad en la región tras las violentas rebeliones de presos que se registraron en este estado hace cerca de un año.
Los paros por el atraso en los salarios también han afectado a los hospitales públicos, que suspendieron algunos servicios por falta de médicos y enfermeros.