La Cuaresma comienza el miércoles de Ceniza y termina justo antes de la “Misa de la Cena del Señor” en la tarde del Jueves Santo. La duración de los cuarenta días proviene de varias referencias bíblicas y representa las pruebas de Jesús al permanecer durante 40 días en el desierto previos a su misión pública, también simbolizan los 40 que duró el diluvio, además de los 40 años de la marcha del pueblo israelita por el desierto y los 400 que duró la estancia de los judíos en Egipto.
En el año 384 d.C., la Cuaresma obtuvo un sentido de arrepentimiento para todos los cristianos, ya para el siglo XI, la iglesia de Roma frecuentaba poner el símbolo de la cruz con cenizas a sus discípulos, al iniciar los 40 días penitenciales y de conversión.
La imposición de las cenizas es una práctica que nos recuerda: “Hombre, acuérdate de que polvo eres y que al polvo volverás, que está escrito en el libro de Génesis, capítulo 3 versículo 19. Rememora a los católicos que la vida en la Tierra es pasajera y que la vida eterna se encuentra en el cielo. Así mismo, su enseñanza fundamental es que no somos eternos, como los objetos materiales de nuestro entorno.
Para muchos la cuaresma representa días de meditación y reflexión, ya que algunos se preparan para recordar la muerte y resurrección de Jesús. En cambio, otros aprovechan para visitar familiares, vacacionar, y preparar platos tradicionales de esta época.