SANTIAGO.-El liderazgo de la oligarquía de Santiago ha perdido esplendor en las últimas décadas, situación que ha contribuido con el estancamiento de la provincia, en algunos casos; retroceso en otros aspectos.
Hoy día muchos de los dirigentes no son ni la sombra de quienes fundaron a la Asociación para el Desarrollo (APEDI), institución que ha influido en el desarrollo social, económico, industrial y general de Santiago.
En la actualidad, es lo que se percibe, varias instituciones están dirigidas por quienes no tienen una clara visión del papel que deben desempeñar para que la provincia supere el subdesarrollo y se inserte en el proceso de globalización y crecimiento que predominan en el mundo de hoy.
Se requiere, con urgencia incluso, un reordenamiento de la misión de quienes tienen los controles de las instituciones, en la búsqueda de encarar con responsabilidad los desafíos por una mejor sociedad.
El liderazgo
Sociólogos y estudiosos de la ciencias sociales estiman que el líder debe tener conocimientos y una cultura de mando basado en la democracia, porque solo de ese modo podrá conducir con aciertos a los pueblos hacia la ruta de los éxitos y el progreso.
Es preciso que los líderes se guíen con destreza, sensatez, vocación de servicio, entusiasmo, voluntad, solidaridad, colocar en primer plano los intereses del país y colocar en un plano secundario lo particular y actuar con amor patrio, porque son factores determinantes para influenciar a los seguidores y trazar los senderos para que todos transiten con firmeza y seguridad en procura del bienestar de la colectividad.
Esas virtudes se convirtieron en la carta de presentación de los líderes tradicionales de Santiago, por eso a partir de l961 la provincia emprendió el camino del desarrollo sostenido, hasta el punto que tener incidencia en el poder político y ser ejemplo paradigmático o referencia de todos los sectores nacionales para elaborar las políticas públicas, los programas, el presupuesto nacional, definir los planes de producción y lograr el apoyo del Estado para la zona.
En este instante, es la realidad que se observa en nuestra sociedad, los hombres y mujeres que tienen la responsabilidad de continuar la filosofía de los líderes tradicionales están distante de esa visión, varios no son representantes genuinos de la clase dominante, y están en posiciones privilegiadas por circunstancias y oportunismo, porque en realidad no cuentan con las cualidades requeribles para desarrollar un liderazgo real.
La influencia de los líderes tradicionales era tan sólida, que concitaban la atención del presidente de la República y de todos los poderes del Estado, la Iglesia Católica, la prensa y de los movimientos sociales.
Asociación para el Desarrollo
La Asociación para el Desarrollo -APEDI-, es lo que se registra en la historia, es el testimonio más fehaciente, es la fuente que permite descubrir la calidad del liderazgo de quienes se consagraron con cuerpo y alma por la transformación de Santiago; ellos son los arquitectos de lo que es en la actualidad es Santiago.
Los nombres de Arturo Grullón Espaillat. Víctor Espaillat Mera, Alejandro Grullón Espaillat, Luis Crousch Bogaert, Tomás Pastoriza. José Armando -Poppy- Bermúdez, Gustavo Griese, Carlos Bermúdez, José A. León, Sebastián Mera Checo, Modesto Arostegui y Salvador Jorge Blanco escribieron hermosas páginas en la construcción de la superestructura y estructura que marcan el proceso que ha transformado a Santiago.
Ellos, esto es importante ponderarlo, optaron por desafiar la incertidumbre política que había en el país, porque a solo 37 días del ajusticiamiento de Rafael Leónidas Trujillo, justo el 6 de julio de l961 crearon a la Asociación para el Desarrollo y la convirtieron en un instrumento dinámico y forjador de espacios que pautaron los proyectos que provocaron cambios significativos en todos los ámbitos; son artífices de la revolución socio-económica que ha experimentado la provincia.
Es importante, entonces, que los actuales dirigentes de las instituciones empresariales estudien a esos líderes y sus acciones se conviertan en la savia que alimente la formación de liderazgos con la extirpe de esos seres humanos que, aunque tenían sus propias empresas e industrias, trabajaron por el crecimiento de la sociedad como un todo.
Logros históricos
Como consecuencia de ese batallar, esto es extraordinario, los fundadores de APEDI despertaron fibras emprendedoras, lo que implicó la instalación del Banco Popular (23 de agosto d l963), Parque Industrial de la Zona Franca (l979), Asociación Cibao de Ahorros y Préstamos, Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (9 de septiembre de l962), la Universidad ISA, Centro de Investigación y Mejoramiento de la Producción Animal (CIMPA), entre otras instituciones y empresas.
Con el paso de los años se instaló el Aeropuerto Internacional del Cibao, se creó el Plan Estratégico de Santiago y se gestiona el establecimiento del Parque Central y el Parque Lineal del Río Yaque del Norte, cuyas obras se derivan del accionar la Asociación para el Desarrollo.
Timidez
La crisis de liderazgo se expresa en la timidez que se refleja en la actitud de varios de los dirigentes de las asociaciones empresariales, quienes no muestran solidez en la influencia en el poder político y en la superestructura económica de la nación.
Urge, entonces, que la oligarquía y todos los sectores de Santiago reflexionen y tomen conciencia de la necesidad de impulsar proyectos orientados a garantizar el desarrollo en consonancia con las potencialidades disponibles.
Además, presionar al Gobierno para destina más recursos del Producto Interno Bruto, porque a pesar de que los sectores productivos aportan entre un 20 y 22 por ciento al PIB, el Estado no destina ni el tres por ciento para construir las obras vitales y contribuir con el desarrollo de esta próspera región.
Se requiere, también, asumir posiciones enérgicas por la descentralización del Estado y para que desde el poder se mire hacia Santiago y todo el Cibao, ya que los habitantes de las distintas localidades son tan humanos como quienes pueblan la gran urbe de la capital y, por tanto, tienen derecho a vivir con dignidad.
Pero, es muy lamentable, no se vislumbran modificaciones al cuadro de estancamiento, retroceso y marginalidad, en razón de que la crisis de liderazgos dificulta influir para reclamar los derechos e intereses que por mandato constitucional les asisten a la región más fértil de República Dominicana.
De pronto, a la luz de la debilidad de las instituciones y sus dirigentes, se puede advertir que el futuro de Santiago y las restantes 13 provincias del Cibao es incierto, que no quepa duda.