La población en Puerto Rico, especialmente en el área suroeste de la isla, sufrió una nueva alteración que hizo crecer el nerviosismo después del último temblor de magnitud 5,20 que se registró este viernes a las 18:30 hora local (22:30 GMT).
Las escenas de pánico entre los residentes de los municipios del sur volvieron a recordar el miedo desencadenado el pasado martes, cuando cerca de la 4:30 de la madrugada un sismo de magnitud 6,4 provocó un brusco despertar a la práctica totalidad de la población.
Medios locales reproducen en grabaciones la reacciones de las personas hoy, tras el terremoto de magnitud 5,2 que hizo temblar edificios hasta en la capital, San Juan, en el norte de la isla, justo en la punta opuesta al lugar más cercano al epicentro.
Las personas no podían contener el llanto ante este nuevo temblor, de gran intensidad pero que supone uno más de las decenas sentidos, en especial en el sur, tras el pasado 28 de diciembre, cuando comenzó una actividad sísmica que la población no ve la hora de que termine.