PYONGYANG, Corea del Norte (AP) — Después de un día de festividades para celebrar el aniversario 101 del natalicio de su primer líder, Corea del Norte intensificó el martes su retórica contra Estados Unidos y Corea del Sur, que se mantienen a la expectativa para ver si Pyongyang probará un misil de mediano alcance.
El Comando Supremo del Ejército del Pueblo Coreano lanzó un ultimátum que exige una disculpa de Corea del Sur por “actos hostiles” y amenaza con tomar acciones no especificadas en represalia, dijeron medios estatales.
La declaración, difundida por la agencia de prensa estatal KCNA, fue emitida un día después de las festividades en la capital de Corea del Norte con espectáculos públicos frente a enormes estatuas del fallecido líder Kim Il Sung.
Una protesta de unas 250 personas en el centro de Seúl, donde los manifestantes quemaron efigies de Kim Il Sung y su sucesor, su hijo Kim Jong Il, también fallecido, azuzó las amenazas.
La declaración norcoreana indicó que rechazará toda oferta de conversaciones con los surcoreanos hasta que se disculpen por el “monstruoso acto criminal”. Corea del Norte suele denunciar dichas protestas, pero rara vez en nombre del Comando Supremo, que es dirigido por el nieto de Kim Il Sung, el líder norcoreano Kim Jong Un.
“Si las autoridades títeres desean verdaderamente diálogo y negociaciones deberían disculparse por actos hostiles” contra Corea del Norte “grandes y pequeños, y demostrar a los compatriotas que pondrán fin a todos estos actos”, señaló la declaración.
Más tarde, el vocero del ministerio de Defensa surcoreano, Kim Min-seok, dijo que Corea del Sur vigila minuciosamente los movimientos norcoreanos y está lista para cualquier ataque.
La amenaza del gobierno norcoreano es “deplorable”, dijo Kim a la prensa. “Castigaremos resueltamente a Corea del Norte si lanza cualquier provocación por cualquier motivo”.
Pyongyang lanzó un cohete antes del anterior aniversario del natalicio de Kim Il Sung —el centenario_, pero la celebración de este año ha sido mucho más discreta. Los residentes de la capital del norte asistieron a actos públicos en salones y plazas.
La calma en Pyongyang ha contrastado agudamente con la retahíla de amenazas proferidas por Corea del Norte por los ejercicios militares conjuntos entre Corea del Sur y Estados Unidos. Aunque las maniobras se llevan a cabo en forma regular, el gobierno norcoreano se indignó particularmente este año por la inclusión en los ejercicios de bombarderos sigilosos B-2 y cazas de combate F-22.
El ultimátum ocurre justo después que el secretario de Estado norteamericano John Kerry concluyó una gira para coordinar la respuesta conjunta de Estados Unidos y China —el aliado más importante de Corea del Norte_, así como Corea del Sur y Japón, ante las provocaciones norcoreanas.