SEÚL (Reuters) – La hermética Corea del Norte dijo el miércoles que cortará el último canal de comunicación con Corea del Sur debido a que una guerra podría producirse en “cualquier momento”, en declaraciones realizadas un día después de que amenazara a Washington y a Seúl con un ataque nuclear.
La medida es la última de una serie de advertencias por parte del Pyongyang como respuesta a nuevas sanciones impuestas por la ONU después de su tercera prueba nuclear en febrero y a ejercicios militares “hostiles” que están llevando a cabo en conjunto Estados Unidos y Corea del Sur.
Corea del Norte ya ha dejado de responder los llamamientos de los militares estadounidenses que supervisan la fuertemente armada Zona Desmilitarizada (ZDM) y la línea de la Cruz Roja que habían usado los gobiernos de ambas partes.
“Ante la situación en que una guerra pueda surgir en cualquier momento, no hay necesidad de mantener comunicaciones militares entre el norte y el sur”, dijo un portavoz militar según fue citado por la agencia de noticias KCNA de Pyongyang.
“No existe ningún canal de diálogo ni comunicaciones entre la República Popular Democrática de Corea (Corea del Norte) y Estados Unidos ni entre el norte y el sur (de la península coreana”, agregó.
Pese a la dura retórica, pocos creen que Corea del Norte se arriesgue a iniciar formalmente un conflicto bélico.
Ambas Coreas aún están técnicamente en guerra dado que su conflicto civil entre 1950 y 1953 terminó con un armisticio -no un tratado- que el norte dice que desde entonces fue hecho añicos.
El “canal de diálogo” es usado diariamente para procesar información de surcoreanos que trabajan en el proyecto industrial Kaesong, donde 123 firmas de Corea del Sur emplean a más de 50.000 norcoreanos en la fabricación de productos para el hogar.
Unos 120 ciudadanos de Corea del Sur suelen estar en promedio en Kaesong.
Se trata del último proyecto conjunto que queda activo entre ambas Coreas después de que Seúl cortase la mayor parte de la asistencia y el comercio como respuesta al tiroteo contra un turista surcoreano por parte de Pyongyang y el hundimiento de una embarcación por el que responsabiliza a su vecino del norte.
Kaesong es uno de los pocos proyectos de Corea del Norte que generan dinero, produciendo 2.000 millones de dólares anuales en comercio con el sur, y es poco probable que Pyongyang vaya a cerrarlo salvo como último recurso.
El portavoz militar de Corea del Norte, que representa a su “comando supremo” no mencionó a Kaesong, que ha sufrido cierres temporales previamente.
Por su parte, el Gobierno de Corea del Sur dijo que tomaría medidas para asegurarse la seguridad de sus trabajadores en Kaesong, aunque no proporcionó detalles al respecto.