El cooperativismo es la más elevada expresión de la economía solidaria cuya base filosófica valora la interacción personal y los vínculos comunitarios por encima de la maximización de las ganancias y la competencia salvaje de los mercados.
Los distintos tipos de cooperativas existentes tienen que utilizar software y hardware, así como distintos medios tecnológicos para montar los procesos en los cuales descansan los distintos productos y servicios que demandan sus asociados y grupos de interés como medio para satisfacer necesidades y aspiraciones personales, familiares o empresariales, en consonancia con la definición que hace la Alianza Cooperativa Internacional –ACI- sobre lo que es una cooperativa.
La tecnología, es hoy en día, un factor determinante para la pervivencia y sostenibilidad de las organizaciones cooperativas y tenemos el desafío de entender cuáles son los desafíos que plantea la revolución 4.0 que trae aparejada el desarrollo de tecnología inteligente, el internet de las cosas y la big data.
La posibilidad de estar híper conectados y comunicados en la actualidad era impensable hace 3 décadas, debido a las limitaciones en el acceso a la información, comunicación y conexión. Estos cambios los hemos experimentados conscientes o involuntariamente y poco a poco nos hacemos cada vez más dependiente del uso de las tecnologías, la cual nos llega en forma más rápida producto de la interconexión, la velocidad en transmisión de data, voz y video, mismas que con el advenimiento de la tecnología 5G (Quinta generación de internet para la telefonía móvil) supone una conexión 100 veces más rápido que la 4G, es decir, hasta 10 Ggps (Gigabytes) por segundo contra los 100 Mgps (Megabytes) que nos facilita actualmente la tecnología 4G. Esto masificará el internet de las cosas interconectando los equipos y aparatos para que interactúen por medio de inteligencia artificial.
El ecosistema que nace como consecuencia de la industria 4.0 se basa en un modelo de industria inteligente con 4 ejes fundamentales: 1ro. El internet de la información (Infraestructura inteligente, redes sociales), 2do.Internet de las personas (Negocios inteligentes), 3er.Internet de los servicios (Logística inteligente, energía inteligente) y 4to. Internet de las cosas (movilidad inteligente).
Las cooperativas estamos inevitablemente avocadas a trasformar e innovar las formas en cómo ofrecemos nuestros productos y servicios a partir del nuevo compartimiento social de nuestros asociados ya que este produce información, ideas y opinión y demanda que se les atienda 24 horas, 7 días a la semana, los 365 días del año, por el canal y medio de su preferencia. La Omnicanalidad es el mecanismo que debemos adoptar para responder a esta demanda a través de banca online, banca móvil, redes sociales, oficina virtual personal, pagos automáticos, cajeros automáticos, tienda online, App (para consultas, pago a préstamos, pagos servicios), fonocoop, whatsapp web empresarial, live chat, chatbot, plataforma en línea, quioscos de autoservicios, entre otros.
En relación a las distintas opciones para ir ajustándonos gradualmente a esta revolución tecnológica cada cooperativa debe partir de su propio nivel de desarrollo en gestión y administración de las TIC’s de forma que puedan mitigar el apetito de riesgos de querer ponerse a la moda sin disponer de la experiencia, la cultura organizacional adecuada, ni el capital humano propicio para gestionar el cambio, entre muchas variables imprescindibles para adecuar las empresas solidarias a las demandas de las mega tendencias tecnológicas.
Es indispensable que no perdamos nuestra identidad cooperativa, saber que los socios y el brindar un servicio de alta calidad son nuestro fin y no la rentabilización del dinero. Naturalmente, sin obviar que para poder ofrecer servicios al nivel de las distintas necesidades de los diversos grupos generacionales que coexisten en las organizaciones cooperativas, debemos decidir oportunamente las estrategias, software y hardware que más rendimiento, menor costo y mayor efectividad representen.