Por Hochi Valdez
Gerente de Ingeniería y Seguridad de Cooperativa La Altagracia, Inc.
Cooperativa La Altagracia, Inc., históricamente asume su responsabilidad y se compromete con el desarrollo sostenible de su comunidad y el medio ambiente, implementando acciones en beneficio del crecimiento socio económico de su gente y de un Santiago sustentable. Accionando como institución promotora del uso racional de los recursos y de un trato amigable y de compensación con nuestro medio natural a todos los niveles.
En el periodo 2014-2018, Cooperativa La Altagracia, Inc., apuesta en sus estrategias de crecimiento institucional a ser un organismo cuantificable bajo el esquema universal de Huella Ecológica.
La huella de carbón de la humanidad es el mayor componente en la Huella Ecológica y también el de mayor crecimiento. En la actualidad representa el 60% del total a calcular. Este componente representa el área necesaria para capturar emisiones de Co2 que resultan del consumo de derivados de petróleo; lo que en nuestro país se traduce en consumo energético y en transporte.
La Organización Red Global de la Huella Ecológica (Global Footprint Network GFN, en inglés), marcó simbólicamente el 8 de agosto del 2016 como el Día del Sobregiro de la Tierra, según GFN, desde ese mes cada año los seres humanos ya consumimos la totalidad de los recursos naturales que el planeta puede renovar en un año, es decir, que estamos utilizando los recursos de generaciones futuras y sin pedir permiso.
De los más de siete mil millones de habitantes en el planeta, a cada ciudadano según estimaciones les corresponderían 1,6 hectáreas para satisfacer todas sus necesidades durante un año. Según GFN, el consumo medio por habitante al año en República Dominicana es de 2,7 hectáreas, por lo que, a nivel de referencia local, estamos consumiendo más recursos y generando más residuos de los que nuestro escenario puede generar y admitir.
En el contexto de este escenario planteado, bajo el séptimo principio universal del cooperativismo, en Cooperativa La Altagracia, Inc., gestionamos nuestra responsabilidad ambiental bajo un esquema de medición lógica que sintetiza la esencia de nuestra Huella Ecológica y que constituye un esfuerzo compartido que nos llena de orgullo y satisfacción.
De las actividades ecológicamente amigables con nuestro medio, como indicador, desarrollamos un simple ejercicio de canje sobre el número de emisiones de CO2 que de una u otra forma dejamos de utilizar o consumir en perjuicio de nuestro hábitat.
Nuestra referencia somos nosotros mismos, comparando saldos de períodos históricos de consumo anteriores con la actualidad, en donde desarrollamos comparaciones con la finalidad de consumir menos, con más calidad y con un objetivo de compensación mucho más eficiente. Así medimos la Huella Ecológica de Cooperativa La Altagracia, Inc.: Consumo actual < Consumo anterior + Actividades de compensación = menos CO2 contaminante y más sustentable.
En ese sentido el volumen de saldo no es tan importante y no tiene que ser exacto, lo que buscamos es inducir la racionalización del consumo, sostener en el tiempo esta actividad y promover con acciones esta filosofía.
En el quinquenio que finaliza, 2014-2018, nuestra institución hace énfasis en su Plan de Manejo Ambiental PMA-CLA como guía normativa en todas sus actividades y cierra este período con saldos positivos en reducción sistemática y sostenida en los aspectos que más impactan en nuestro medio: los recursos consumidos y los residuos generados.
A sabiendas de la complejidad en ser científicamente específicos en la cuantificación de impactos, nos propusimos sencillamente consumir menos y con mayor calidad en dos aspectos esenciales:
Energía eléctrica (Emisiones de Alcance 2 o Emisiones Indirectas por Energía): en nuestro país, junto al transporte, constituye actualmente alrededor del 60% generador de emisiones por quema de combustibles fósiles. En el año 2014 la facturación energética en Sede Central de Cooperativa La Altagracia, Inc., fue de 445,120kwh con un costo de $RD4,556,743, al final de ese ciclo en el 2018, el consumo fue de 365,640kwh por un costo de $RD4,014,640.38, el cual fue mucho menor. El ahorro en emisiones de CO2 que estimamos a razón de haber consumido 79,480kwh menos en una escala sistemática de reducción en este quinquenio fue de alrededor de 35 toneladas de Co2 de emisiones por cada uno de esos cinco años en ahorro de generación energética. En el mejor de los casos, este ahorro representa lo mismo que sembrar 350 árboles frondosos y que perduren 50 años en todo su proceso de retención de carbono, lo que significa un ejercicio que hay que multiplicar y promocionar.
2. Insumos de oficinas: esto constituye el elemento que directamente genera gastos y produce residuos que cargan a nuestro escenario natural, y en primeria línea son causa de contaminación de afluentes y la urbanidad. En este quinquenio en Cooperativa La Altagracia, Inc., en el 2018 redujimos el consumo un 13% con relación al mismo escenario en el 2014 en los aspectos de artículos de limpieza, comestibles, papelería, entre otros insumos con la diferencia de siendo más grandes consumimos menos.
Los residuos generados son gestionados bajo el principio de que, si consumimos menos, generamos menos residuos. Contamos con un programa de capacitación con el personal de Cooperativa La Altagracia, Inc., en cuanto a clasificación de residuos, y el resultado es que, en mediciones aleatorias de residuos generados al final del día, como promedio en Sede Central, en el 2014 obtuvimos muestras de 21kg de residuos orgánicos, 49 kg de residuos inorgánicos y 1.5kg de residuos peligrosos; en cambio, la media para el 2018 fue de 19.5kg en residuos orgánicos, 37 kg de inorgánicos y 2kg de residuos peligrosos/oleosos con tendencia a la reducción.
Los residuos peligrosos/oleosos se gestionaron correctamente; como ejemplo entre otras cosas, con laboratorios MIRSA, ente autorizado para estos fines. Se tramitaron recientemente 212 tubos de lámparas con mercurio y 22 bombillas. Dichos residuos fueron trasladados a la gestora, triturados en máquina succionadora y el contaminante trasladado a Canadá (para su disposición final).
Esa misma guía normativa nos motiva a desarrollar las actividades de compensación eco amigables con nuestro medio, destacando dentro del quinquenio, la implementación de tres plantas fotovoltaicas en sucursales y en el Edifico de Gestión Social con un aporte al sistema energético local de más de 80kw/p de energía limpia y una reducción considerable de facturación energética. En dos de estas tres localidades, Sucursal Nuevo Horizonte y Sucursal Tamboril, Cooperativa La Altagracia, Inc., está generando más energía de lo que consume.
En cuanto al programa de reforestación desarrollado por la Gerencia de Gestión Social de Cooperativa La Altagracia, Inc., el cual es un referente de compensación de saldo en cuanto a pasivo ambiental, a la par de una actividad sistemática de jornadas de siembras con la comunidad, se hace énfasis en la educación y promoción de esta actividad con su gente, entendiendo que es la única forma de reversión del calentamiento global y el cambio climático para futuras generaciones.
En el periodo comprendido entre el 2014 y el 2018 se sembraron 15,840 unidades de plantas entre especies nativas y endémicas como el Samán, Cedro, Caoba Criolla, Cigua, Roble Negro, Perda, Mara, entre otras. Los escenarios implementados van desde espacios verdes de esparcimiento de la ciudad de Santiago, barrios populares, hasta el Bosque Cooperativo del Pico Diego de Ocampo, Las Manaclas, en donde estamos apadrinando por más de 15 años esta reserva natural de más de 100 hectáreas, en donde ya se comienza a notar un proceso de sucesión ecológica que estamos induciendo.
Hoy estamos más comprometidos que nunca con ser sustentables en los procesos de ingeniería y mantenimiento de edificaciones. Muestra de esto, es la conversión de nuestros sistemas de aires acondicionados a tecnología INVERTER en más de un 90%, de igual forma desarrollamos la conversión del refrigerante R22 por R410 para estos equipos, en cumplimiento con el convenio de Aire Limpio de 1989, el cual se convirtió en ley que dicta que para el año 2030 esta conversión debe desarrollarse.
Estamos sistemáticamente cambiando la dinámica de luminarias a la última generación de tecnología LED, conforme se presentan las necesidades, así como, implementamos un control sistemático de las pocas fuentes de generaciones de particulados y contaminación sónica en nuestras edificaciones, con el objetivo de mitigar a su mínima expresión los impactos a nuestro medio.
¡Orgullosos de trabajar en una Institución comprometida con su comunidad y el medio ambiente!