SANTIAGO.-La contaminación ambiental, la deforestación y la extracción de arena inciden en la extinción progresiva del río Yaque del Norte en los pueblos de la Línea Noroeste, situación que preocupa a los diferentes sectores de la subregión, por lo que se reclama un programa de urgencia por su rescate y preservación.
Como consecuencia de la situación, de acuerdo a los movimientos ecológicos noroestanos, se, registra escasez de agua potable y para la irrigación de los campos productivos, porque de un lado no se alimentan los acueductos y, de la otra parte, el sistema de riego no recibe el líquido necesario para mojar las tierras productivas.
“Es que a diario se lanzan toneladas de basura, animales muertos y todos los desperdicios al Yaque Dormilón y esto disminuye el caudal y provoca la muerte de los peces y la desaparición de muchas de las riquezas naturales”, puntualizaron voceros de las agrupaciones que luchan por el rescate, conservación y preservación de los recursos naturales.
También se quejan de a extracción de arena, gravilla y el agua para la fabricación de blocks, ya que empresarios de la construcción (los granceros) se aprovechan de esas riquezas para generar fortunas a expensa de la destrucción del Yaque del Norte.
“La producción agropecuaria, los niveles de vida de las familias que pueblan las distintas localidades y el hábitat registran un deterioro progresivo, sin que las autoridades de Medio Ambiente y las municipales muestren preocupación ante esa dramática realidad”, aseguraron los voceros de las organizaciones comunitarias.
Y agregaron “esta problemática se traduce en el auge del desempleo, el hambre, la pobreza y las precariedades en ,que sobrevive una población humana abandonada y olvida a su suerte, pues merma la producción, no hay agua potable y desaparecen las especies naturales”.
Conforme a las denuncias, la flora y la fauna sufren un descalabro, por lo que se torne urgente poner en marcha un programa por la protección de uno de los ríos más importante de República Dominicana.
Se estableció que el cuado deprimente se palpa en Mao, Laguna Salada, Villa Vásquez, Guayubín, Bohío Viejo, Castañuelas, Palo Verde, La Guajaca, Doña Antonia, Hatillo Palma, Jaibón y Montecristi.
“En esas localidades hay un desastre ecológico, y de persistir esa realidad, el futuro de la Línea Noroeste es incierto”, comentaron.