WASHINGTON (AP) — Los hispanos alcanzaron el martes una representación sin precedentes en el Congreso de Estados Unidos al elevar a tres la cantidad de senadores y a 26 la de representantes.
El republicano Ted Cruz hizo historia al convertirse en el primer latino en representar a Texas en el Senado, donde se reunirá con otros dos cubano-estadounidenses: su colega de partido Marco Rubio y el demócrata Bob Menéndez, quien obtuvo su primera reelección.
El demócrata Richard Carmona, ex director nacional de Salud Pública durante el mandato de George W. Bush, fracasó en su intento por convertirse en el cuarto senador hispano al caer tras una reñida competencia en Arizona frente al representante republicano Jeff Flake, que reemplazará al también republicano Jon Kyl.
En la misma jornada, 26 legisladores hispanos han asegurado hasta el momento su escaño en la cámara de representantes, superando la presencia actual de 24. A primera hora del miércoles aún no se conocía si el representante Joe Baca lograría reelegirse ni si el doctor Raúl Ruiz —ambos demócratas de California— lograría arrebatar el escaño a la republicana Mary Bono Mack.
El grupo de elegidos por primera vez está conformado por los demócratas Joaquín Castro —legislador estatal— y el abogado Filemón Vela (ambos por Texas), el senador estatal Juan Vargas y el concejal de Los Angeles Tony Cárdenas (ambos por California), y la ex comisionada del condado Bernalillo, Michelle Luján Grisham, en Nuevo México.
Joe García en Florida y Pete Gallego en Texas llegaron por primera vez a la cámara baja con victorias sobre republicanos.
Los demócratas que lograron la reelección el martes son Lucille Roybal-Allard, Grace Flores Napolitano, Xavier Becerra, Loretta y Linda Sánchez (California), Raúl Grijalva y Ed Pastor (ambos por Arizona), Luis Gutiérrez (Illinois), Albio Sires en Nueva Jersey, Ben Ray Luján en Nuevo México, Rubén Hinojosa y Henry Cuéllar (ambos en Texas), y los neoyorquinos Nydia Velásquez y José Serrano.
Los republicanos reelegidos hasta el momento son Raúl Labrador (Idaho), Bill Flores (Texas), Jaime Herrera Beutler (Washington), Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart (ambos por Florida).
Un total de 49 candidatos latinos, 32 demócratas, 16 republicanos y uno sin afiliación declarada —tal como permite una ley recién aprobada en California— aspiraban a escaños en la cámara baja. California podría duplicar la cantidad de latinos de su delegación, de seis a 11.
La Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Designados y Electos, con sede en Washington, esperaba que al menos 27 triunfaran, incluyendo 22 en funciones o hispanos que buscan remplazar a otros latinos.
Abogado de 41 años, Cruz se impuso ante el ex representante estatal demócrata Paul Sadler para ocupar el escaño que la republicana Kay Bailey Hutchison dejó vacante al jubilarse.
Las encuestas le concedían a Cruz apenas 2% de apoyo cuando iniciaron las primarias de su partido. Su padre nació en Cuba y luchó junto a Fidel Castro antes de que su gobierno se volviera comunista, para luego huir a Texas sin hablar inglés y con 100 dólares escondidos en su ropa interior.
Cruz nació en Canadá mientras sus padres trabajaban en campos petroleros, pero se crió en Houston y tiene una oratoria populista que pulió al convertirse en campeón de debates en la Universidad de Princeton y cuando cursaba derecho en Harvard.
Joaquín Castro, un mexicano-americano de segunda generación oriundo de San Antonio y egresado de Harvard, remplazará a Charlie González, quien ejerció la presidencia del comité de legisladores hispanos.
Castro es hermano gemelo del alcalde de San Antonio, Julián Castro, quien fue el orador principal de la convención demócrata.
Tanto Castro como Vela lanzaron sus candidaturas en distritos electorales recién creados.
En Florida, el demócrata Joe García se impuso al republicano —y también cubano-estadounidense— David Rivera, a quien la Comisión de Etica de la Florida halló una causa probable para abrir una investigación el mes pasado por presuntamente cometer 11 violaciones a leyes que regulan la ética cuando era legislador estatal.
Las acusaciones contra Rivera incluyen el presuntamente haber recibido dinero de la Southwest Florida Enterprises Inc., una empresa involucrada con el canódromo Flagler en Miami, pese a que él sabía o debería haber sabido que esos recursos iban a influir su voto o una acción oficial a favor de dichas compañías.
Se le acusó también de presuntamente haber destinado recursos de la campaña en gastos no relacionados con ella y de supuestamente haber suscrito un contrato de un millón de dólares a través de la empresa Millennium Marketing, Inc. con Southwest Florida.
Dichas empresas, dicen los alegatos, crearon presuntos conflictos de intereses entre las obligaciones públicas de Rivera y los intereses de estas compañías. Del Milenio, empresa fundada por la madre de Rivera, firmó en 2006 un contrato para gestionar, con éxito, una campaña para poner más máquinas tragamonedas en un referendo votado en el condado de Miami-Dade.
Rivera, quien emitió un comunicado negando vehemente haber cometido infracción alguna y acusó a la Comisión de Etica de la Florida de prestarse a manejos políticos en plena campaña electoral, también es objeto de una investigación federal por presuntas violaciones fiscales.
García reconoce que se ha beneficiado de los problemas de Rivera, quien lo venció 52 a 43% hace dos años.
Rivera y García trabajaron simultáneamente para la Fundación Nacional Cubano Americana, Rivera como investigador en Washington y García como director.
García, de 48 años, laboró en el departamento de Energía durante el primer gobierno del presidente Barack Obama.